Ante el recorte presupuestal, racionalizar el gasto

Observatorio electoral

Aunque en octubre pasado el IEEM solicitó un presupuesto superior a 3, 541 millones de pesos, en el proyecto de 2024 el gobierno del estado solo propone darle poco más de 2, 762 millones, un monto similar al de 2023 (casi 2, 740 millones). El recorte implica una reducción aproximada de 22 por ciento, que en pesos equivale a poco más de 778 millones. Aunque el recorte es significativo, no debe ser visto como una tragedia, ni tomarlo de pretexto para que las autoridades electorales incumplan con sus responsabilidades.

Nadie puede decirse sorprendido. Estaba claro que el IEEM sufriría un recorte presupuestal, porque siempre ha sido inflado para ser una especie de caja chica del gobierno estatal, así como una fuente de corrupción y privilegios para consejerías, directivos y representantes partidistas. Al parecer esas prácticas tendrán que cambiar, si es que quieren organizar elecciones confiables en 2024. Las posibilidades de ahorrar son muchas. Todo es cuestión de que el consejo y la junta general eliminen gastos innecesarios.

Además de las percepciones de las consejerías y del secretario ejecutivo (que superan las del presidente de la República) en el IEEM hay mucho derroche. Se gasta en exceso al comprar cada tres años vehículos para consejeros, representantes partidistas y directivos, que incluso son utilizados para servicio de sus familiares, como si fueran propios. A eso hay que sumarle costos de mantenimiento, tenencias, combustibles y seguros, entre otros. Pero no son los únicos gastos onerosos.

El gasto en gasolina es de lo más irracional que hay. Se reparte la misma cantidad para cada una las consejerías y representaciones, aunque una persona viva en Toluca y otra en Texcoco, por decir dos municipios del estado. Es obvio que a una le sirve para llenar los tanques de todos los vehículos de su familia, mientras que a otra difícilmente le alcanza, siempre y cuando no haga trabajo de campo, en cuyo caso tendrá que pedir más gasolina o comprarla de su bolsa. 

Los gastos de representación de consejeros, directivos y representantes también son muy altos. Se gasta mucho en desayunos, comidas y cenas, no solo de consejerías y representaciones, sino de todo el personal de los órganos centrales, aunque esa generosidad no se extiende a las juntas distritales y municipales. Ese gasto también incluye bebidas alcohólicas en los restaurantes de lujo que abundan en Toluca, o incluso en la CDMX, donde ha sido frecuente que se reúnan en salones privados para tratar asuntos muy delicados.

A eso se puede sumar la generosidad con que el IEEM trata a sus invitados. Cuando organiza un evento es común que pague sus gastos de transporte, alimentación y hospedaje, aunque no sea necesario, porque a veces ya los tienen cubiertos por los institutos o tribunales a los que pertenecen. Sin embargo, las ganas de mostrar que es “el mejor instituto electoral del país” hace que “eche la casa por la ventana” cada vez que puede. Es una forma de seguir viviendo esa fantasía generalizada.

El espacio es insuficiente para enlistar todos los gastos superfluos. Solo alcanza para agregar que se gasta mucho en asesores para consejerías (incluso de imagen pública y redes), el PREP, el conteo rápido y la aplicación de la fórmula de representación proporcional. Por eso, racionalizar el gasto será sencillo, si quienes dirigen al IEEM ejercen su cargo como una oportunidad de servir y no de vivir en el privilegio. ¿Tendrán esa disposición?

TAR