Aumenta extorsión en Edomex; los infantes, las nuevas víctimas

Los y las menores de edad se han convertido en el blanco de quienes se dedican a extorsionar y a los secuestros virtuales

El Estado de México, donde 9 de cada 10 habitantes percibe su entorno inseguro, el delito de la extorsión en sus distintas modalidades ha ido ganando terreno. 

Un mensaje escrito, una visita inesperada o una simple llamada con palabras altisonantes es suficiente para terminar con la tranquilidad y hasta con el patrimonio de una familia. 

Aun cuando la víctima no se encuentre en verdadera situación de riesgo físico, la extorsión puede orillar a cualquier persona vulnerable a entregar sumas de dinero para evitar algún daño a sí mismo o a sus seres queridos.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2022 del INEGI, la extorsión es el tercer delito más denunciado en todo el país.

Entre enero y noviembre de 2022, los mexiquenses interpusieron 3 mil 820 denuncias ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México por este delito; pero podría haber un subregistro de los casos que realmente ocurren ya que no todas las víctimas deciden denunciar, muchas aún no confían en las instituciones o bien, temen que realmente los delincuentes atenten en su contra.

Felipe Iván Lara Domínguez, jefe del departamento de Investigación de Delitos de Alto Impacto de la Secretaría de Seguridad (SS) del Estado de México, compartió con La Jornada Estado de México cifras de los casos registrados a través de las líneas de emergencia 911 o 089.

Denuncias en aumento

Reportes señalan que las denuncias de víctimas por el delito de la extorsión han ido en aumento en los últimos años, por diversos factores. 

Uno de ellos es que hay más herramientas jurídicas que le permite a la ciudadanía pedir auxilio o denunciar cuando se encuentran en situación de riesgo. 

Además de que los especialistas en temas de seguridad ven que los delincuentes están “migrando” a este tipo de actividades ilícitas, como una forma de obtener mayores ganancias sin arriesgarse al contacto de sus víctimas, como ocurriría en caso de un robo a transporte de pasajeros o de autopartes, por ejemplo.

Reconoció que desde el inicio de la administración del gobernador Alfredo Del Mazo, con corte a octubre de 2022 se han acumulado 120 mil denuncias. 

En septiembre del 2017 había un registro de 4 mil 499 casos; para 2018 la cifra aumentó a 15 mil 008; en el 2019 la cifra llegó a 18 mil 350 denuncias. 

En 2020 se contabilizaron 19 mil 219 denuncias y para 2021 se registraron 31 mil 153; el año pasado, entre enero y octubre, el número de casos llegó a 32 mil 574.

“Sí se nota un incremento, pero otra razón puede entenderse en que la gente también va conociendo más medios de denuncia, entonces a partir que se ha dado a conocer el 089 y el 911, obviamente también la gente tiene más métodos de denuncia”, dijo el funcionario. 

Autoridades ven crecimiento en la extorsión virtual 

Lara Domínguez expuso que la cultura de denuncia ha sido importante para profundizar en el modo de operar de los extorsionadores. 

A diferencia de la extorsión en la que el delincuente se hace presente en algún negocio, vivienda o con organizaciones, ahora lo hace con mayor frecuencia a través de un teléfono celular para amagar a sus probables víctimas, incluyendo niños, de manera virtual. 

Los métodos o medidas de presión consisten en amenazas de daño físico por parte de delincuentes de grupos delictivos con orígenes en los estados de Michoacán y Jalisco, e incluso de delincuentes comunes que cada vez más adoptan las formas de operar de los cárteles.

Menores, susceptibles a la extorsión virtual

El pasado 16 de noviembre, una familia del fraccionamiento Los Héroes en el municipio de Tecámac fue víctima de un secuestro virtual y un intento de extorsión por 20 mil pesos.

Una menor de 11 años de edad recibió una llamada telefónica en la que le decían que su madre había sufrido un accidente y de algún modo la obligaron a que se trasladara a una tienda de conveniencia y que apagara su celular para quedar incomunicada. 

A su vez la familia fue contactada por los delincuentes para decirles que la niña estaba supuestamente secuestrada y que requerían de la suma de dinero para liberarla.

Los hechos fueron denunciados a través de la línea de emergencias nacional 911 y se canalizó a través del C5 de la Policía estatal y de la Guardia Civil. Tras descartar que la niña estuviera en realidad secuestrada, se desplegó un operativo de búsqueda hasta que la ubicaron e integraron con su familia.

El jefe del departamento de Investigación de Delitos de Alto Impacto de la SSEM destacó que el fenómeno de la extorsión virtual tuvo un importante aumento desde la pandemia debido al confinamiento y el acceso a los celulares.

“Con el confinamiento, los niños no acudían a los colegios, tomaban clases vía virtual; si los papás tenían la necesidad de salir trabajar, muchos niños se quedaban solos en casa, situación que fue aprovechada por muchos extorsionadores para conocer los movimientos de varios hogares”, expuso. 

Al parecer este método tuvo éxito para los delincuentes que simulaban una especie de secuestro virtual de los que obtuvieron muchas ganancias, porque los familiares no podían localizar a su familiar.

Altos índices en municipios más poblados

De las 32 mil 574 denuncias de extorsión registradas el año pasado en el Estado de México, solo 223 corresponden a casos en los que los delincuentes hicieron actos de presencia con sus víctimas.

El municipio de Chicoloapan, al oriente de la entidad, es uno de esos casos. Sujetos relacionados con un grupo delictivo de origen michoacano, asediaban a mototaxistas para obligarlos a pagar derecho de piso.

Hace unas semanas, Bryan “N”, alias “El Panqué”, supuesto jefe de plaza en Chicoloapan fue detenido y vinculado a proceso luego de que se acreditó su participación en un homicidio.

Esta persona era un objetivo para la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, pues se presume que se dedicaba a extorsionar a transportistas en la región, así como al homicidio y otras actividades delictivas.

De acuerdo con las estadísticas de la SSEM, los municipios más poblados son donde se presenta con mayor frecuencia la extorsión telefónica o con presencia física.

En primer lugar, está el municipio de Ecatepec con un registro de 3 mil 239 denuncias por extorsión entre enero y octubre de este 2022; le siguen Toluca, Naucalpan, Tlalnepantla, Nezahualcóyotl, Atizapán de Zaragoza, Tecámac, Metepec, y Tultitlán.  

Las personas que pertenecen a grupos delictivos son considerados como los que más dañan a la ciudadanía del Estado de México.

Existe un subregistro de casos de extorsión en el Edomex

Las estadísticas entre los casos denunciados formalmente ante la FGJEM y los registrados por las líneas de emergencia son contrastantes. 

De las 32 mil 574 llamadas de auxilio de las que tiene conocimiento la autoridad policial del año pasado, solo 3 mil 508 cuentan con carpeta de investigación. 

Felipe Iván Lara Domínguez explicó que desde la SSEM se ha implementado una estrategia para canalizar todas esas llamadas de auxilio, donde 18 asesores del Departamento de Investigación de Delitos de Alto Impacto de la dependencia orientan a las víctimas para no caer en el engaño de los delincuentes y prevenir en caso de un riesgo físico real. 

Añadió que mucha gente, ya obteniendo esta asesoría y calmar el efecto sorpresa que usan los extorsionadores, mucha gente toma la determinación de no formalizar su denuncia.

Migración delincuencial 

No todos los extorsionadores están operando físicamente en territorio estatal. La SS reconoció que se han detectado muchas de esas llamadas, por ejemplo, desde el interior de penales de Hermosillo, en el estado de Sonora; aunque se ha descartado que las llamadas extorsivas se realicen desde las cárceles mexiquenses.

Incluso hay casos en que los delincuentes solo llegan a la entidad para cometer sus crímenes o a conocer las zonas y posteriormente regresan a sus lugares de origen.

El llamado es siempre privilegiar la denuncia ya que, de lo contrario, no solo el delito patrimonial se consuma sino que se incluso se pone en riesgo la integridad de la o las víctimas a la hora de efectuar el pago a los delincuentes, o bien, que la extorsión se convierta en un suceso regular.

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