Cempasúchil chino inunda Edomex

La creciente oferta de cempasúchil chino, ha propiciado cierto bullying contra la flor de temporada de Día de Muertos, el cual debe ser contrarrestado por los productores mexiquenses.

 José Castillo Juárez, representante de más de 250 productores de Flor de la Montaña de Texcoco, reconoció que existen afectaciones en el mercado por la idea de que la variedad de la planta que se vende en macetas y tiene forma de bola, proviene del país asiático.

Explicó que eso no es así, pues a pesar de que la semilla que utilizan es importada, esta hecho de manos mexicanas, y en este caso de manos texcocanas.

Foto: Miriam Vidal

Bullying del cempasúchil chino pega a productores mexiquenses

Reconoció que el año pasado, el bullying por el cempasúchil chino hizo que bajaran las ventas para varios productores, al grado de tener que malbaratar sus macetas hasta en siete pesos cada una.

“Esta semilla es importada, pero una vez que llega, todo lo hacemos acá; el sustrato, la preparación de la tierra, la fertilización”, dijo.

En defensa de su producción, explicó que las plantas del cempasúchil son más fáciles de mover y aunque en menor grado, también tiene aroma como el cempasúchil de corte que se siembra en el campo mexicano.

“Para los consumidores, las amas de casa, es muy cómodo transportar este cempasúchil, sin que se le maltrate y con mayor durabilidad”, añadió.

Foto: Miriam Vidal

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Producción de cempasúchil

Datos oficiales señalan que en el Estado de México el cempasúchil se produce principalmente en los municipios de Texcoco, Ozumba, Tenancingo, Tepetlixpa, Chicoloapan y Atlacomulco.

Los productores de Texcoco tienen lista para esta temporada alrededor de 100 mil macetas que servirán para recibir a los fieles difuntos.

La flor de cempasúchil se utiliza como decoración y ofrenda en la festividad de Día de Muertos.

Es habitual utilizar los pétalos para marcar en el suelo el camino que deben seguir las almas de los difuntos.

Esto se debe a que tradicionalmente se decía que sus pétalos guardaban el calor del sol e iluminaba el camino de regreso a los difuntos.

Foto: Miriam Vidal

TAR