Cinco años ya…

Cinco años ya…

Diálogos en silencio

Cinco años ya…

Por Rosalío Soto

Rosalio Soto
Marzo 13, 2025

Esta semana se cumplen ya cinco años de la declaración de la pandemia por Covid 19.

Si bien son estadísticas frías, no se pueden dejar de mencionar para dimensionar el efecto que produjo en la salud de la población esta enfermedad. Esta es la realidad numérica: de acuerdo con información del Panel de Datos del Coronavirus de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo han ocurrido más de 777 millones 519 mil 152 casos y siete millones 90 mil 776 muertes.

En nuestro país las cifras que proporciona la misma fuente son las siguientes: casos confirmados siete millones 622 mil 513 y 334 mil 818 muertes por coronavirus (Covid-19).

Reitero que las cifras son frías en comparación con la magnitud de la pandemia que nos tocó registrar como generación. 

Fue precisamente el 11 de marzo cuando se cumplieron cinco años de la declaración de la pandemia por coronavirus. En esta cronología se debe registrar que para evitar casos de contagio el 14 de marzo de ese año la Secretaría de Educación Pública adelantó vacaciones de Semana Santa que se prolongaron hasta por un mes.

Se fueron suspendiendo las actividades no esenciales tanto en el sector público como en el sector privado. La Jornada Nacional de Sana Distancia que inició el 23 de marzo y que inicialmente duraría sólo cuatro semanas se amplió hasta el 30 de mayo del 2020.

Muchos negocios de diversos giros y dimensiones cerraron o algunos otros no se repusieron al efecto negativo, aplazando su extinción. 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reportó que fueron 1.6 millones de negocios los que cerraron en México entre octubre del 2020 y julio del 2021, justo en medio de la pandemia.

Sin caer en la exageración se vivieron momentos difíciles.

Cómo no recordar las compras de pánico que se hicieron en alimentos, papel higiénico y en productos de limpieza como desinfectantes, jabón, cloro o en mascarillas para tratar de evitar el contagio. 

El confinamiento por su parte modificó rutinas familiares, escolares y laborales. Las familias tuvieron que reencontrarse en un mismo espacio; las clases a distancia modificaron los hábitos en los procesos de enseñanza aprendizaje y el trabajo a distancia cambió la rutina.

La movilidad se redujo; se dio pausa a la naturaleza pero a un costo muy elevado.

Ahora, todo eso queda en el pasado, pero vale la pena recordarlo para concientizar sobre la importancia que reviste todo aquello de lo que nos privamos en esas semanas de confinamiento; empezando por la convivencia diaria con compañeros de aula, de trabajo, con la misma familia.

Es momento de reflexionar como sociedad de que nos sirvió enfrentar la pandemia y sobrevivir a ella y qué tanto hemos sido resilientes o modificamos lo que veníamos realizando hasta antes o durante este doloroso proceso.

@periodistamex

PAT

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