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La carrera sacerdotal debe ser considerada una auténtica vocación de servicio a la comunidad. Sin embargo, la realidad que enfrenta la Arquidiócesis de Tlalnepantla es preocupante, pues cada año mueren más sacerdotes de los que se ordenan. Apenas tres o cuatro jóvenes deciden abrazar el ministerio, mientras que la demanda pastoral crece y obliga a que un mismo sacerdote atienda hasta dos parroquias.
“El que da la vocación es Cristo, y lo más importante para fomentarla es la oración”, subrayó José Antonio Hernández Hurtado, Arzobispo de Tlalnepantla.
Crisis de vocación sacerdotal en Tlalnepantla
El arzobispo reconoció que la diócesis atraviesa un momento crítico, en el que alrededor del 70% de los sacerdotes son adultos mayores, la mayoría supera los 60 años y muchos enfrentan problemas de salud derivados de la edad.
Recordó las palabras del Evangelio: “Rueguen al dueño de la mies que envíe obreros a su viña”. Con esperanza, llamó a redoblar esfuerzos para motivar a los jóvenes a considerar el sacerdocio como un camino de servicio al pueblo y a la fe.
Reto por atender las diócesis del Edomex
El Estado de México cuenta con 11 diócesis y en el Valle de México se concentran ocho: Tlalnepantla, Cuautitlán, Ecatepec, Teotihuacán, Texcoco, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco, además de Atlacomulco y Tenancingo en la región de Toluca. Con una población cercana a 18 millones de habitantes, el desafío pastoral es enorme.
La Arquidiócesis de Tlalnepantla abarca 6 municipios —Jilotzingo, Tlazala, Huixquilucan, Atizapán, Tlalnepantla y Naucalpan— con cerca de tres millones de personas.
La escasez de sacerdotes jóvenes y el envejecimiento del clero representan un reto para atender las necesidades espirituales de esta vasta comunidad.
Violencia y riesgos para el clero
El arzobispo también lamentó la violencia que golpea al país y que ha alcanzado a los sacerdotes. Recordó al padre Ernesto Baltazar Hernández Vilchis de la diócesis de Cuautitlán, a quien describió como un hombre positivo y correcto, víctima de la inseguridad que refleja la crisis social que vive México.
“No creo que sea como hace 100 años, cuando la persecución cristera cerró templos. Hoy la situación es más ideológica”, explicó Hernández Hurtado.
Ante este panorama, el prelado ha instruido a los sacerdotes a extremar precauciones como instalar cámaras en las iglesias, evitar salir de noche y protegerse de robos, que aunque no son generalizados, sí se han registrado en algunas parroquias.
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Relación de la iglesia con autoridades en materia de seguridad
El arzobispo destacó que la Iglesia mantiene buena relación con autoridades civiles y políticos, sin importar partidos, siempre buscando el bien común.
Recordó que el Papa ha pedido evitar confrontaciones, pero también hablar con claridad sobre la realidad que se vive.
“El mensaje de los obispos es de unidad, de reconocer que la situación no es fácil, pero también de esperanza en un mundo mejor”, afirmó.
La Arquidiócesis de Tlalnepantla enfrenta un doble desafío: un clero envejecido y una sociedad marcada por la violencia. Con apenas tres o cuatro ordenaciones al año, la oración y el trabajo pastoral se convierten en pilares para sostener la fe de millones de fieles.
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MPH
