Crónica del Bicentenario Mexiquense

Jorge Reyes Pastrana

Vicisitudes del Estado de México (Parte 1 de 2)

En doscientos años de historia nacional federalista, el Estado de México que constituyó sus poderes públicos el 2 de marzo de 1824 con el territorio que tenía la Provincia de México que era de 116 mil 843 kilómetros cuadrados hoy tiene una superficie de veintiún mil 261 kilómetros cuadrados. Esto al ceder parte de su territorio para crear el Distrito Federal el 18 de noviembre de 1824, para crear el Estado de Guerrero el 15 de mayo de 1849, para ensanchar el Distrito Federal con la incorporación del Partido de Tlalpan el 25 de noviembre de 1855, para crear el Estado de Hidalgo el 15 de enero de 1869, para crear el Estado de Morelos el 16 de abril de 1869, para ensanchar el Estado de Tlaxcala con la Municipalidad de Calpulalpan el 17 de octubre de 1874 y para incorporar la Municipalidad de Azcapotzalco al Distrito Federal el 15 de diciembre de 1898 a cambio de los pueblos de Los Reyes, Xocoyahualco y Santa Cruz del Monte.

Además de las mutilaciones territoriales el Estado de México dejó de existir jurídicamente a mediados del Siglo XIX. El primer hecho ocurrió el 3 de octubre de 1835 cuando al iniciar el proceso de disolución de la Primera República Federal la Patria Chica adquirió el nombre de Departamento de México.

El 30 de diciembre de 1836 el Congreso General constituyó el Departamento de México con los territorios que conformaban: el Estado de México, el Distrito Federal y el Territorio de Tlaxcala, estableciéndose su Capital en la Ciudad de México y no en Toluca que fue su sede desde 1830, en sustitución de Tlalpan y Texcoco que era la capital del Estado de México reconocida en la Constitución Política de 1827.

El sistema federal se restableció por segunda vez en la historia el 22 de agosto de 1846, cuando el presidente de la República, Manuel de Salas, ordenó el cese de las asambleas departamentales y restituyó a los estados.

El 21 de septiembre de 1853 la vida institucional del Estado de México volvió a quedar en suspenso, cuando el Supremo Gobierno Conservador determinó que en lo sucesivo se denominen departamentos los que hasta esa fecha eran llamados estados. Es así como la figura del Departamento de México volvió a surgir por segunda vez en la historia nacional.

El 16 de febrero de 1854 el Supremo Gobierno extendió el territorio del Distrito de México a los linderos de: San Cristóbal Ecatepec, Tlalnepantla, Huixquilucan, Tlalpan y Peñón Viejo. El 27 de marzo de dicho año el Supremo Gobierno dividió el Distrito de México en las Prefecturas de Tlalnepantla, Tacubaya y Tlalpan.

El 15 de agosto de 1855 se reinstauró por tercera vez el sistema federal en el país, con lo que el Estado de México volvió a constituirse como tal. El 7 de septiembre de dicho año el Gobernador Plutarco González dividió el territorio del Estado en los Distritos de Cuernavaca, Morelos (Cuautla), Huejutla, Sultepec, Texcoco, Tlalnepantla, Tlalpan, Toluca, Tula, Tulancingo y Cuautitlán.

El 27 de marzo de 1858 la existencia jurídica del Estado de México volvió a quedar en suspenso, cuando la Secretaría de Gobernación del Supremo Gobierno dispuso “que en lo sucesivo todos los llamados estados de la República Mexicana se denominarán departamentos de la misma, sujetos enteramente en todos sus asuntos y negocios al Gobierno Supremo de la Nación establecido en esta Capital”.

El 28 de noviembre de 1860 por cuarta vez se restableció la soberanía del Estado de México, cuando el Gobernador Felipe Berriozábal al asumir la Gubernatura en la Ciudad de Toluca cesó de sus cargos a las autoridades locales e incrementó el porcentaje de las contribuciones que pagaban las fincas rústicas y urbanas.

El 25 de febrero de 1862 la soberanía de nuestra entidad federativa volvió a quedar en suspenso cuando el presidente de la República, Don Benito Juárez García, suspendió los Poderes del Estado al declarar al Estado de México en estado de sitio.