¡Amados Itacenses! Mientras les escribo se lleva a cabo en la Ciudad de México la quinta Edición de BADA, Feria de arte directo del artista, en los jardines del restaurante del Campo Marte, un espacio maravilloso en donde los amantes del arte y la cultura tienen la oportunidad de conocer a los creadores, quienes se hacen cargo de sus stands, sin intermediarios.
Del 6 al 9 de febrero, se contará con más de 180 artistas, con más de 100 medios de comunicación cubriendo el evento y con la expectativa de contar con al menos con 15,000 visitantes. De esta manera BADA acerca el arte a la gente, demostrando que todos tienen el potencial de ser coleccionistas.
Todos los artistas tendrán al menos 10 obras en formato pequeño a un precio máximo de dos mil 500 pesos, independientemente del resto de su obra en sus diferentes tamaños, formatos y precios.
Si la preocupación es la forma de llegar, les cuento que se puede acceder en todos los medios de transporte públicos.
Los boletos pueden adquirirse en el sitio oficial de la feria, existen costos que favorecen a los estudiantes y personas con discapacidad -término que establece la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas- los niños menores de 12 años entran gratis.
Me lancé a preguntarle a Tracy Lara,artista plástica, orfebre y alfarera, amiga de este espacio por su experiencia en BADA y esto es lo que me platicó.
“BADA es un evento genial, al que puede venir toda la familia. En esta ocasión estoy exponiendo mi nueva colección sobre los barcos, que espero disfruten tanto como yo disfruté al realizarla. Ha venido mucha gente. Te puedo decir que es una de las ferias de arte más importantes de la semana del arte en nuestro país.
Este tipo de eventos son muy importantes para nosotros como artistas. Nos dan a conocer con el público de nuestro país, generando conexiones humanas. A través de mi pintura yo cuento historias, y tengo la esperanza de que esa historia que he puesto en el lienzo se entreteja con la de alguien más, cuando conozca la obra, llegando al alma y tocando sus corazones. Detonar un sentimiento. BADA es un escaparate inagotable. Y el plus es el conectar con los demás artistas, generar espacios con galerías, gestores culturales, gestores de arte.
Me siento muy contenta de ser parte de esta fiesta artística este año, así como de poder compartir con quienes vienen.”
Sobre su decisión de utilizar a los barcos como centro de esta nueva colección, explicó: “Son una metáfora de la resiliencia. Diseñados para flotar, desafían la gravedad y las fuerzas del agua, manteniéndose a flote incluso en medio de tormentas implacables. Tienen el equilibrio entre resistencia y flexibilidad: rígidos para soportar las embestidas del viento y las olas, pero dinámicos para adaptarse a las corrientes y no quebrarse ante la presión y en ocasiones para navegar por la vida suavemente.
Así como los barcos navegan mares impredecibles, los seres humanos también enfrentamos tempestades y cambios inesperados. Sin embargo, lo que nos mantiene a flote es nuestra capacidad de adaptación. Un barco no lucha contra la tormenta, sino que la atraviesa, ajustando su rumbo, encontrando el equilibrio entre resistencia y fluidez, podemos llevar cicatrices de nuestras experiencias, pero seguimos avanzando, rediseñándonos y mejorando con cada desafío.
Para mí simbolizan los viajes internos, los procesos de transformación personal. Son vehículos de cambio, llevándonos de un punto a otro, no solo físicamente, sino espiritualmente. Cada travesía es una oportunidad de crecimiento, cada tormenta superada nos hace más fuertes, y cada regreso a puerto nos recuerda lo lejos que hemos llegado.”
La invitación es para visitar BADA y conocer las historias de sus artistas disfrutando de su obra.
PAT
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