De donde habita la belleza

Antevasin

Míralos como reptiles al acecho de la presa

Negociando en cada mesa maquillajes de ocasión

Siguen todos los raíles que conduzcan a la cumbre

Locos porque nos deslumbre su parásita ambición

Antes iban de profetas y ahora el éxito es su meta

Mercaderes, traficantes, más que nausea dan tristeza

No rozaron ni un instante… la belleza

La belleza… la belleza… la belleza… la belleza.

La belleza. Miguel Bosé

Esta semana he estado observando muchas cosas, tal vez el hecho de escuchar las noticias llenas de contenidos inhumanos, donde se pone a prueba la fortaleza para soportar el saber que todos los días hay personas dispuestas a dañar a otras personas.

Desde que era niña, me he preguntado por la manera en que las personas que se dedican a destrozar a otras personas viven, cómo es que pueden dormir por las noches sabiendo que han lastimado a alguien, que han provocado el dolor, la tristeza y hasta la muerte en otro ser humano.

Desde hace algunos días la violencia en el mini mundo de dos metros cuadrados que habito se ha vuelto aún más hostil, con noticias relacionadas con criminalidad, generación de miedo, y hasta horarios permitidos para vivir, comprar, divertirse y de más, – horarios que han sido pasados en el radio pasillo de boca a boca, el más eficiente de todos los generadores de miedos y que han sido también atribuidos a dependencias oficiales que evidentemente no han sido quienes los han dado a conocer – generando una sensación de temor que afecta comprensiblemente la manera en que nos relacionamos.

Esta semana platicaba con unas amigas escritoras: Guadalupe Vera García, Gaby Trejo Rodea, Sara Jiménez, Marcela Fonseca Capetillo y Maru Diéguez sobre el miedo y la manera en que éste encuentra la forma de instalarse en nosotros y de no soltarnos, a partir de él nos volvemos irracionales, sobreprotectores, personas aterradas, depresivas y ansiosas, personas que desconfían de que la vida deba ser vivida.

Esta misma semana tuve la oportunidad de experimentar algunos espacios bellísimos en la Ciudad – cabe mencionar que a Toluquita Beach se le ha dado una shineada que ha cambiado por completo su imagen – , el Museo de Bellas Artes, en Santos Degollado ahí nomás a ladito de la Iglesia del Carmen, caminar el Parque de la Ciencia Fundadores, los Portales y por supuesto la recientemente reinaugurada Plaza González Arratia para descubrir que a pesar de la violencia, el miedo y todo lo que nos sacude la existencia, la belleza permanece.

Tal vez a esas personas que tan equivocadamente la vida ha guiado a donde no debería no han tenido la oportunidad de un beso, un abrazo o de que alguien les diga que los ama hasta la próxima galaxia, tal vez esas personas son los niños y niñas a los que nadie abrazó, pero que hubo quien o quienes los maltrataran y están tomando revancha. Viene a mi memoria un dicho que reza: “El niño que no es abrazado por su pueblo, lo quemará hasta sus cimientos para sentir su calor.” 

Yo he decidido encontrar belleza en todos lados por una razón muy sencilla, la vida es corta y la violencia es mucha. Tomar la decisión de vivir desde la belleza, puede ser una respuesta subversiva a la ola de maldad y estupidez que ha tomado la batuta de la humanidad.

Vivir desde la belleza puede transformarnos y apelar a nuestra humanidad.

Ustedes, ¿dónde encuentran la belleza? ¿Qué efectos tiene en su vida?

Respuestas en abra.palabra@gmail.com

TAR