De ese extraño e irracional odio
La semana pasada se dio a conocer la situación a la que estuvo expuesta la Mtra. en Ciencias Conductuales Paola Schietekat Sedas, cuando en el año de 2020, decidió mudarse a vivir a Catar al ser invitada a colaborar en el que aparentemente sería el trabajo de sus sueños en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, entidad responsable de organizar el mundial de 2022 en el lejano país.
¿Quién iba a imaginar que una noche cualquiera del 2021 se vería involucrada en un delito del que fue víctima para después ser convertida en parte acusada?
Paola Schietekat fue violada en su propio departamento por un compañero de la comunidad latina, a quién ella consideraba un amigo, – ¿sería acaso la primera vez que una mujer sea abusada por alguien que se hace pasar por un aliado? – alguien de quién jamás imaginó que debería cuidarse.
Siendo una mujer inteligente y sabiendo que no tendría caso oponer mayor resistencia ante la evidente diferencia en la cantidad de fuerza entre el agresor y ella, mantuvo la cabeza fría, recopiló evidencia del abuso y de los moretones resultantes en su cuerpo, avisó a su madre a miles de kilómetros de distancia – qué dolor e impotencia – y a un amigo de trabajo, para que hubiera un antecedente, luego hizo lo inimaginable: decidió denunciar
Cabe mencionar que años antes en su juventud había estado expuesta a otro caso de violencia similar, lo que hizo que por ningún motivo estuviera dispuesta a quedarse callada nuevamente.
En algún momento estuvo asistida por un Cónsul que demostró evidente falta de conocimiento del sistema de justicia Catarí, y que la dejó a su suerte – revictimización – a miles de kilómetros de distancia y en riesgo de convertirse de parte acusadora en acusada.
De repente ya no importó que hubiera sido violada, el abusador atenuó la situación alegando que tenían una relación – de nuevo ¿quién dijo que tener una relación, si es que esta hubiere existido faculta al otro a hacer uso de un cuerpo que no es el suyo? – y ahora la acusadora había sido convertida en “fornicadora” en un mundo donde las relaciones extramaritales se castigan con siete años de prisión y pena corporal a latigazos.
De alguna manera la politóloga, economista y antropóloga logró escapar a un lugar seguro y desde ahí conoció que no fue representada por las autoridades asignadas para ello, pues “sintieron” que ella estaba enojada, ¿es que acaso la justicia no es para los que se “enojan” también? ¿Y no tendría razones para estar molesta ante la pobre representación?
Ante la viralización de su caso Schietekat se reunió al final con Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores quien celebró su valentía y se comprometió a que estará representada por el mejor de los abogados de la Secretaría: el consultor jurídico.
Qué bueno que Paola encuentre eco y una respuesta que ojalá sea la justa, qué malo que haya millones de mujeres que no sean virales y no puedan escapar al abuso y atropello de que son objeto todos los días.
Los ojos del mundo, de las instituciones a favor de los derechos humanos y de los grupos feministas cansados de respuestas a medias están puestos en México, ojalá que seamos del tamaño de las expectativas y que el odio subyacente en el andamiaje patriarcal pueda ser removido de las leyes y de la manera en que los juzgadores realizan su labor.
Como sienpre con la palabra justa de Paloma Cuevas ante circunstancias que laseran los derechos no sólo de las mujeres sino de la sociedad en general.
Estimada Leticia Guzmán, gracias por regalarnos un ratito de tu mirada. Los derechos son de todos, si no ponemos atención cuando son violentados, los próximos podríamos ser nosotros.
¡¡¡Se tenía que decir y se dijo!!!
Y, cómo es característica de la escritora, con gran objetividad dando justo en el clavo.
¡Enhorabuena, Paloma Cuevas!
Muy querida Mercedes Escalera, la realidad no puede jamás ocultarse bajo el sol. Qué bueno que el silencio ya no sea la norma, ahora a esperar la comparecencia de Paola Schietekat el próximo 6 de marzo, y a estar pendientes de los resultados.