De la Diosa…

Hace unos días tuve el enorme gusto de platicar con la Mtra. Reyna Merino, amiga entrañable a quien admiro mucho por la excelente labor que realiza de manera titánica en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM, por sus siglas y cómo es mayormente conocido), en donde todas las semanas lleva a cabo eventos culturales desde el ámbito digital y presencial, tales como exposiciones, pláticas, presentaciones de libro y muchos más, siempre con una excelente disposición y las mejores de las intenciones.

A la Mtra. Merino como a la que esto escribe le ha aquejado una enfermedad de vías respiratorias (en mi caso un desgraciado long COVICHO que me genera accesos de tos repentinos), en el de ella lo único que sé es que esta afección provocó que tuviera muy lastimada la voz, razón por la que me invitó a realizar los comentarios en la presentación del libro, “La Diosa, poemas de amor y otras soledades”, de la autoría de la Dra. Blanca Aurora Mondragón. Blanca Aurora, “Blanche”, es Escritora. Doctora en Humanidades con especialidad en Estudios Literarios, Maestra en Humanidades, Licenciada en Letras Latinoamericanas y en Educación Básica en la Escuela Normal Evangelina Alcántara Díaz de Atlacomulco, pero es mucho más, es una apasionada de las letras, la cultura, el erotismo y por supuesto la vida.

Tuve el gusto de re-leer “La Diosa”, que ya había caído en mis manitas en el año 2017, cuando la autora me lo obsequió tras una de las actividades literarias en mi paso por la Dirección de Cultura de Metepec, ahora en una nueva edición llega renovado conteniendo un prólogo del poeta David Rosales, y publicado por Ediciones Eón, editorial mexicana con prestigio a nivel internacional. Reconocida como una editorial dedicada a la publicación y la divulgación de la literatura mexicana y latinoamericana, así como de las humanidades y las ciencias sociales. 

Ediciones Eón inició actividades en 1988 como una pequeña empresa dedicada a hacer libros, cuyos principales clientes fueron la BUAP, la Universidad Veracruzana, la UAM-Azcapotzalco y la Asociación Latinoamericana de Estudios Budistas; hoy es una editorial comprometida con la divulgación de la literatura mexicana y latinoamericana, con la consciencia de que se encuentra ante lectores exigentes de libros, historias y contenidos que articulen la calidad editorial con propuestas innovadoras, profundas e inquietantes, y por supuesto ahí es donde Blanca Aurora encaja perfectamente con su carcajada diáfana y su manera de decir las cosas, con claridad y sin prejuicios. 

Releí “La Diosa”, con ojos de infancia, es decir, con los ojos de esas primeras veces que hacen espacio para la sorpresa y el asombro. Me encontré con un poemario en donde la voz cantante la lleva alguien que enamorado de una mujer poco común decide ponerla en un altar, el altar de un amor romántico, en el que se dirige a ella como “Mi Diosa”, en ese extraño afán de posesión que sabe bien que no es posible, tal como dice en “Déjame beber el agua”

Déjame beber el agua salada

que emerge desde tus hombros,

déjame enlazar mis labios a los tuyos

húmedos, empapados del agua 

de la regadera.

Déjame venerar la sombra que

ennegrece tu entrepierna.

Quiero beberte, tocar con mi lengua 

suave el agua que me baña el rostro.

Y que cuando se da cuenta detona sentimientos de odio y deseos de destrucción, – no sé si tiene que ver con mi eterna presencia en el activismo por los derechos humanos y por todo lo que mi feminismo me ha hecho ver y acompañar, – pero creo que es justamente la mecánica en la mente de los agresores, de los desaforados creyentes del amor romántico, tal como expresa en “Imbécil de mí”:

Odio tu imagen en el marco de las puertas

odio tu rostro que no me mira

odio tus manos que balbucean y me llaman

¿me llaman?

Cuánto te odio, entonces,

cuánto me odio por seguir tus pasos

por desear tus labios y tu pelo sobre mi almohada.

¡Ay, de mí, porque está tan bellamente escrito, que no puedo evitar que apele a mi imaginario femenino de boleros, Pedro Infante y Jorge Negrete! 

Al final entender que no se puede poseer, lo inasible.

Entristecido te miro a lo lejos

andando otros cuerpos

y tu cuerpo distante se nubla en el tiempo

y me anochece

y tu cuerpo me ilumina cuando llega

la mañana.

Altamente recomendable, compren, lean y ahí me cuentan.

Debo confesar que mi poema favorito es de la sección Otras soledades, bajo el título Desprender , ya verán por qué, nos encontramos en la próxima…

“Ma u satal k´atun lae, wai tak´ petenil tumen k´a sijnalil, lai peten”

“No se perderá esta guerra, porque este país se unirá y este país renacerá”

Chilam Balam