De Vasilisa Stêpanenko y la fuerza en la fragilidad…

El pasado 11 de septiembre por invitación de mi buen amigo Mario Pantaleón me encontraba en la Cineteca Mexiquense, viendo el documental “20 días en Mariupol”.

Ahí estaba esa noche, con mis hijos, emocionada y lista para platicar con Vasilisa Stêpanenko, una joven ucraniana de apenas 24 años quien a los 22 estaba trabajando como modelo y acababa de obtener un trabajo como reportera en un canal local, cuando en 2022, – febrero para ser más exactos – comenzó la invasión de las tropas rusas a su país, así es como su carrera dio un vuelco, comenzando a trabajar como productora de videos para la Agencia Associated Press, y desde entonces no ha detenido su labor como productora incluyendo su trabajo en el documental antes mencionado – “20 días de Mariupol” – obteniendo reconocimiento mundial, pues dicho material visual ha obtenido los siguientes premios:

Festival del Cine de Sundance, ganando el concurso de documentales. Fue seleccionada como la presentación de Ucrania para los Óscares a Mejor Película Internacional, pero en su lugar fue nominada a Mejor Largometraje documental, ganando en esa categoría. Fue nominada a dos premios BAFTA y gano uno de ellos. Ha sido nombrada una de las cinco mejores películas documentales del 2023 por la National Board of Review y fue proyectada al inicio del 78° periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Además de obtener el Premio Pulitzer 2023, junto a dos compañeros periodistas ucranianos, Mstyslav Chernov y Evgeniy Maloletka en conjunto con la periodista Lori Hinnant, por su cobertura del asedio ruso de Mariúpol para la agencia Associated Press.

Aquí lo que le pregunté y lo que me contó ese día…

Paloma Cuevas: Esta tarde hemos visto “20 días de Mariupol”, cuéntanos quién eres y porqué es importante que las personas sepan lo que ocurrió y sigue ocurriendo en Ucrania en estos momentos.

Vasilisa Stêpanenko: Mi nombre es Vasilisa Stêpanenko, soy la productora de “20 días en Mariupol”, yo estaba en Ucrania cuando todo ocurrió, con Mstyslav Chernov y Evgeniy Maloletka. En esos momentos era una periodista para la agencia Associated Press, cubriendo la guerra en Ucrania, y sabíamos que era importante contar estas historias humanas que estaban desarrollándose en ese momento al mundo.

Podíamos sentir que los ojos de los ucranianos y del mundo entero estaban ahí.

Este documental cubre únicamente los primeros días de la guerra, pero es importante recordar que la guerra continúa en este momento, mientras estamos aquí la guerra continúa.

Vine a presentar el documental a México, pero tan pronto terminemos con las presentaciones yo regresaré a Ucrania.

Paloma Cuevas: ¿Continuarás reportando los hechos, cuando regreses a Ucrania?

Vasilisa Stêpanenko: Claro, estoy reportando todo el tiempo. De hecho, cuando terminamos el trabajo en Mariupol, continué con reportajes en algunas ciudades orientales, en mi ciudad natal, en las líneas del frente de resistencia.

Paloma Cuevas: Hay una frase específicamente que se me quedó tatuada: “La guerra es como una radiografía, porque nos muestra lo que somos por dentro,” ¿cómo fue para ti estar ahí mientras toda esa vorágine ocurría a tu alrededor? ¿Por qué decidiste reportar al respecto? Podrías haberte ido simplemente, ¿por qué quedarte?

Vasilisa Stêpanenko: La guerra vino a mi casa y como periodista, no creo haber tenido otra opción, solo necesitaba estar donde está mi gente, quedarme y darles voz. Decidí que tenía que ser fuerte y continuar con mi trabajo, porque hoy sé que es importante. Es mi servicio social para la gente, que no tiene opción de ir a ningún otro lugar, y como periodistas nuestra labor es contar y mostrar la verdad al mundo.

Paloma Cuevas: Tienes mucha razón. Es tan fácil para los poderosos contar “su verdad” y hacer que el mundo entero la crea. En algún momento se dijo que los hechos de los bombardeos a los hospitales eran actuación y que era todo una mentira. Sin embargo, las personas que están ahí, la gente que ha sido asesinada, la gente que ha desaparecido, las familias que han sido destrozadas son una verdad que debe ser contada. ¿Cómo lidias con el miedo?

Vasilisa Stêpanenko: Mi mayor miedo es que las historias podrían desaparecer, que nadie sepa que en este lugar hubo personas asesinadas, que hubo niños asesinados, eso me daba miedo.

[Había demasiado ruido en el espacio, y tuvimos que movernos hacia la entrada, la conversación se había vuelto entrañable en este momento.]

Paloma Cuevas: La ciudad no estaba preparada para un bombardeo. Evidentemente la ciudad no estaba lista para una guerra.

Vasilisa Stêpanenko: Tienes razón, yo creo que ni la ciudad, ni las personas, ni yo estábamos listos para una guerra. Yo jamás esperé ser testigo de toda esta brutalidad. El documental es apenas un pequeño porcentaje de todas las historias que han sido vividas.

Creo que nunca nadie está listo para algo así.

Paloma Cuevas: El documental muestra momentos inolvidables. Una familia atrapada en el sótano del hermano de uno de ellos, y sin embargo la esperanza permanece, mientras pareciera el fin del mundo hay bebés, naciendo en todo ese caos provocado. Me recuerda el poema de Jean Cocteau, que dice:

“Mi casa se estaba quemando y sólo podía salvar una cosa.

Decidí salvar el fuego.

No tengo dónde vivir, pero el fuego vive en mí.

Y me defiende discretamente de todo lo impuro.

Mi futuro ya no es importante.

Sólo cuenta la intensidad del instante”

Si hubiera algo que salvar, ¿qué salvarías? ¿Cuáles son las cosas que hay que salvar de Ucrania?

Vasilisa Stêpanenko: Esa es una pregunta muy interesante, personalmente, mi casa fue bombardeada, mi escuela fue bombardeada, nada de mi historia en ese sentido existe ya.

No había pensado en ello durante un tiempo. Creo que hace tanto que no me detenía a pensar en algo así, tal vez porque ahora entiendo que no existe ninguna cosa que tenga valor, lo más valioso hoy es nuestra vida y si pudiera salvar algo serían las vidas de las personas a mi alrededor.

Siento que esta guerra si algo nos ha enseñado es a respetar y valorar cada minuto de nuestra existencia como algo preciado.

Paloma Cuevas: Deseo profundamente que tu familia y la gente que amas estén bien, y admiro que hoy estés aquí, haciendo tanto por los demás, si hay algo que podamos hacer para que esas historias sean conocidas, cuenta siempre con ello.

Vasilisa Stêpanenko: El hecho de que hoy estés aquí con tus hijos es maravilloso, todos ustedes  han hecho ya tanto por nosotros, descubrir la empatía y el entendimiento en sus ojos. A fin de cuentas, somos humanos.

[Al final creo que no existe salida de las cosas que nos lastiman más que atravesándolas y haciéndonos uno con ellas, de este modo esta joven mujer a manera de Valkiria da cuenta de los caídos en combate e impide que sean olvidados.]

Paloma Cuevas: Ante la devastación, ¿existe algo que pueda traer de nuevo alegría, orgullo y paz al pueblo ucraniano? Algo que pueda decirles que no están solos y que a pesar de la enorme distancia física y de la aparente imposibilidad, estamos con ustedes.

Vasilisa Stêpanenko: (Aquí su voz se quiebra, y me dice) Gracias.

Paloma Cuevas: ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos mostrarles que estamos con ustedes?

[Aquí ambas lloramos, porque sabemos que la violencia carece de lógica y que en muchas ocasiones nos encontramos impotentes ante ella, tan separadas por los kilómetros y tan cercanas por el dolor]

Vasilisa se acerca y me dice

Vasilisa Stêpanenko: ¿Puedo abrazarte? – Ella tan lejos de casa, luchando en contra de algo donde la razón no tiene cabida, con sus 24 años y su fe en que el mundo puede ser un mejor lugar, por supuesto la abrazo.

Creo que es el primer momento en esta gira en que se da la oportunidad de ser frágil…

Me siento bendecida de ser el lugar donde se de permiso. Hoy soy un remanso.

Foto. Especial. La ganadora del Oscar en la categoría Mejor documental visitó la Cineteca Mexiquense y sostuvo un diálogo con los asistentes.

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