Discapacidad e inclusión, una asignatura pendiente

Uno de los sectores vulnerables más olvidados por las instituciones son las personas con discapacidad, quienes se enfrentan diariamente a ciudades hostiles y falta de solidaridad, ante esto, la sociedad civil organizada toma las riendas y aporta desde sus trincheras. 

En territorio mexiquense habitan cerca de 821 mil 015 personas con alguna discapacidad y más de la mitad viven en situación de pobreza, es decir, 428 mil 415 personas no tienen acceso ni a los alimentos de la canasta básica, de acuerdo a estimaciones del Consejo de Investigación y Evaluación de la Política Social (CIEPS).

La mayoría tienen discapacidad para caminar y ver, al sumar más de 37 mil y 23 mil casos respectivamente. En esta condición se enfrentan a ciudades que no están adecuadas para su movilidad y convivencia, con instituciones rebasadas y con pocos programas de desarrollo social. Pese a esto deben salir diariamente a realizar sus actividades cotidianas.

En este escenario, la asociación Rodando con el Corazón ha integrado a las personas con discapacidad a comunidades ciclistas para mostrarles su ciudad e incorporarlos a la vida social, este trabajo lo realizan de la mano de voluntarios desde 2013. 

Juan Medina Sandoval, presidente de la organización, consideró que hay una gran deuda con el sector, por lo que decidieron sumarse a grupos ciclistas de Toluca con bicicletas especiales y la colaboración de personas de todas las edades. 

“Después de andar un tiempo en rodadas nocturnas, a mi hija Daniela Medina le surgió la idea de comprar bicicletas dobles y compartir las rodadas con alguna persona con discapacidad, fue una idea que fue creciendo y a la que se sumaron más personas hasta que se hizo realidad”. 


En un primer momento se acercaron con la asociación civil Mirando con el Corazón -institución que se dedica a atender a personas con discapacidad visual- les ofrecieron acompañamiento para salir a las calles de Toluca en bicicleta. 

Gracias a esa primera aproximación aprendieron cómo interactuar con ellos, “nosotros al frente de la bici y ellos en la parte de atrás, algunos se nos ponían nerviosos, fuimos haciendo comunión con ellos y conformamos un binomio”.

Tras esta primera experiencia, su aportación fue creciendo. Crearon un programa para dar cursos de inclusión de accesibilidad, visitaron instituciones y escuelas para hablar sobre la discapacidad, de la inclusión y de cómo hay que interactuar con las personas con alguna condición.

Al inicio, eran pocas las personas que se acercaban y participaban en las rodadas con bicicletas dobles, pero con el tiempo comenzaron a recibir a más personas con diversas discapacidades provenientes de Toluca, Calixtlahuaca, San Juan Tilapa y San Mateo Atenco, y llegaron a colaborar hasta 25 voluntarios.

“Al año y medio llegó una persona con discapacidad motriz, sin las dos piernas, quería subirse a la bicicleta, pensamos ahora qué hacemos, no están tan adaptadas para personas sin piernas, finalmente dije bueno, si sí estamos hablando de inclusión no podemos negarnos, dijimos pues vamos a ver qué pasa y sí, lo subimos a la bici, andaba bien feliz”.

Foto: Especial

Las bicicletas

Para las rodadas incluyentes usan bicicletas dobles, iniciaron con dos y poco a poco sumaron más, actualmente cuentan con 8 bicicletas dobles, al frente va el conductor y en el asiento de atrás tiene un manubrio fijo.

“La persona que va atrás también puede pedalear, puede mover sus pies y ayudar a este al movimiento de la bicicleta, ellos no pueden dar vueltas ni nada, solamente el de enfrente”.

Hay bicicletas que cuestan entre 17 mil y 35 mil pesos o más, son fáciles de conducir, por lo que uno de los retos de la agrupación es adquirir nuevas bicicletas porque ellos absorben los gastos, aunado a algunos apoyos de organizaciones nacionales e internacionales.

Entre su familia hizo una colecta para sumar más bicis y un triciclo adaptado tipo tándem, al frente tienen un asiento, no llevan pedales y atrás va un asiento con los pedales, con estas herramientas personas con todo tipo de discapacidad se han subido por primera vez a una bicicleta. 

“Y la idea no es estar ahí en Colón nada más en el área confinada, nos hemos salido porque la idea es que tengan contacto con los autos, que conozcan la ciudad de una forma más amable, más indicativa, les vamos describiendo la ciudad principalmente a las personas ciegas y eso les ha facilitado su desplazamiento”.

Promoviendo la movilidad sustentable e incluyente, la agrupación ha llegado a personas de todas las edades, profesiones e intereses y con la bicicleta han visitado diversos lugares con un mensaje claro: la movilidad debe ser segura y para todos.  

“Nos invitaron a participar en un congreso de la ONU Habitat, nos invitaron a promover lo que hacemos, en 2016 estuvimos en el segundo Congreso Internacional de Ciudades más Humanas en La Paz California y ellos nos hicieron favor de donar dos bicicletas y un triciclo”.

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No hay infraestructura para atender el problema

El activista explicó que las calles están planificadas para darle prioridad a los automóviles, por ello, andar en bicicleta, a pie o en el transporte público es un reto para la sociedad en general y para las personas con discapacidad las complicaciones aumentan.

Banquetas sin rampas, poca señalización en braille, semáforos sonoros descompuestos, ausencia de mapas con relieves, guía podotáctiles mal planificadas y transporte público sin ascensores, son trabas que enfrentan diariamente, que se suman a la poca sensibilidad de las autoridades y de algunas personas de la sociedad. 

“Además, desafortunadamente los conductores piensan que las calles son exclusivamente para el automóvil por eso estamos buscando la manera de que todos tengamos espacios para hacer nuestras actividades”.

Lamentó que en el Estado de México hay un retraso considerable en torno al desarrollo de infraestructura para la movilidad sustentable e incluyente, tal es el caso que en ciudades como Aguascalientes, San Luis Potosí o Puebla se ha invertido en planificar la ciudad. 

“Las ciclovías las usan personas en silla de ruedas, muletas, andaderas, las mismas familias cuando llevan sus carriolas, es práctico para todos”.

Foto: Especial

La discapacidad y la discriminación

La discapacidad, dijo, es una condición con características y necesidades particulares, pero no imposibilita a las personas a ser productivas, a una sana convivencia. Muchas están preparadas, tienen estudios y desarrollan múltiples habilidades, pero cargan con estigmas sociales. 

“Creo que aquí en Toluca la única empresa que incorpora a personas con discapacidad a sus equipos de trabajo es Crisa, contratan a personas con discapacidad auditiva porque ellos tienen mucho ruido y tienen personas sordas trabajando ahí”. 

Indiferencia de las instituciones 

La sociedad civil organizada se enfrenta a múltiples desafíos para lograr sus metas como la indiferencia de la sociedad y de las instituciones que discrimina, rechaza e ignora a las personas con discapacidad.

Son pocos los lugares con opciones para leer en braille, no hay aulas adecuadas para estudiantes con alguna discapacidad, abusan de ellos dándoles trabajos mal pagados, en algunos centros de rehabilitación o médicos les dan mala atención, las instituciones gubernamentales no cuentan con personal adecuado para atenderlos, entre otras.

“Por ejemplo, en los juzgados luego no hay intérpretes ni acompañamiento adecuado según la discapacidad que presenten, sus expedientes están mal hechos. En las oficinas de gobierno deberán tener a alguien preparado para atenderlos, es muy complicado en general para ellos”. 

Consideró que mejorar sus condiciones de vida no es una tarea imposible. Tienen las mismas obligaciones que un ciudadano promedio, también deberían tener los mismos derechos. Es necesario visibilizar el problema y como sociedad organizada luchar para que todos tengan las mismas oportunidades en todos los aspectos.

“Eso es lo por lo que nosotros estamos luchando, por eso al inicio hablaba de que la movilidad debe ser accesible para todos al igual que el acceso a una vida digna, que todos podamos convivir y que todos tengamos un espacio digno para hacerlo”. 

Duplican presupuesto en diez años

De acuerdo a la Clasificación Funcional del Gasto, este año se aprobaron 698 millones 762 mil pesos a la atención a personas en situación de discapacidad, casi el doble que en los últimos 10 años, sin embargo, no es suficiente. 

Hace 8 años el recurso destinado a este fin fue de 230 millones de pesos, el año pasado fueron más de 398 millones y este año casi se duplicó, de acuerdo con el presupuesto de egreso del gobierno estatal.

En territorio mexiquense existe el Instituto Mexiquense para la Discapacidad con un presupuesto aprobado de 9.6 millones de pesos, recurso con el que debe asegurar la aplicación, ejecución y cumplimiento de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. También formular políticas, estrategias y programas en la materia.

Falta camino por recorrer

Aunque se destina dinero a la atención del sector y existen diversos programas y apoyos gestionados por instancias como el DIFEM, la Secretaría de Educación o la Secretaría de Desarrollo Social, las personas con discapacidad permanecen en los grupos vulnerables, no disminuyen sus índices de pobreza, ni se cuenta con datos oficiales sobre mexiquenses con alguna discapacidad.

A finales del año pasado, se dio a conocer la integración del Registro Estatal de Discapacidad (REDIS), con el cual se recopilará información sobre el número de personas con discapacidad, sexo, edad, condición socioeconómica y escolaridad, entre otras. Pero hasta la fecha no se han dado a conocer los avances en la conformación de la plataforma digital.

Por lo anterior, Medina Sandoval reiteró la importancia de promover la inclusión, informarse y unirse como sociedad, hasta que todas las personas tengan acceso a sus derechos y a una vida digna.

Foto: Especial

TAR