Durante 2021, 514 niñas se convirtieron en madres

Las menores tenían entre 10 y 14 años de edad cuando se embarazaron. De los padres, poco se sabe

Por Luis Alfonso Guadarrama Rico

La prevención del embarazo adolescente en el país no pasa por su mejor momento. Dos informes han revelado fallas estructurales, de organización y que no se destinan suficientes fondos públicos para atender, desde los territorios estatales ni municipales, el embarazo, así como la salud sexual y reproductiva. 

Lo anterior de acuerdo con informes de la Agencia EUROsociAL+ y, más recientemente, por el Colegio de México y Pfizer.

Tan sólo en el Estado de México, durante 2021 se registraron 32 mil 455 nuevos casos de madres entre 10 y 19 años. Del total, 514 tenían entre 10 y 14 años y quienes tenían entre 15 y 19, sumaron 31 mil 941.

Así lo reveló la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UAEM con el Proyecto Libélula.  

Se detalla que en 16 municipios se concentró poco más de la mitad de las madres entre 10 y 14 años. En Ecatepec, Nezahualcóyotl, Toluca, Valle de Chalco Solidaridad, Chimalhuacán, Naucalpan y Chalco, está un tercio del total.

Además de que nueve de cada 10 madres que tenían entre 15 y 19 años, se ubicaron en 20 municipios. 

La Agenda 2030, difícil de cumplir

La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente (ENAPEA) inició en 2015. México fijó dos metas: Erradicar la natalidad de niñas-madres entre 10 y 14 años y reducir a la mitad la tasa de natalidad en el grupo de 15 a 19 años.

Ambos compromisos están en la Agenda 2030. Al país le tomó casi medio siglo bajar a la mitad dicha tasa. En 1960, se tenían 156 madres por cada mil adolescentes. En 2000 se logró bajarla a la mitad, al registrar 77.8, por cada mil.

En 2015 la tasa era de 74.3. Para 2030 el país deberá reportar una tasa de 37. El escenario es sombrío y quizá otra vez México se ruborizará ante la OMS y de cara a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pues la tendencia indica que estaremos muy por encima de ese indicador.

El 21 de septiembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó las estadísticas de natalidad. A pesar de que hay condiciones para conocer el total de madres adolescentes que hay en México, eso parece irrealizable. La ENAPEA trabaja con estadísticas desactualizadas. 

Tasa de natalidad adolescente

El indicador internacional para hacer comparaciones, es la Tasa Específica de Natalidad. El Estado de México tuvo 17 municipios con las tasas más altas. San Simón de Guerrero alcanzó 12.2 por cada mil madres-niñas de 10 a 14 años. Este municipio debería ser objeto de atención especial. 

El segundo lugar fue Juchitepec, con 4.2, seguido de Tonanitla, Sultepec, Morelos, Ixtapan del Oro, Aculco, Atlautla, Ayapango, Coyotepec, Santo Tomás, Teoloyucan, Coatepec Harinas, Otumba, Luvianos, Atizapán y Xonacatlán. 

Según lo reporta el Proyecto Libélula, de la FCPyS de la UAEM, en 2021 no se registró ningún caso de madres-niñas entre 10 y 14 años, en 31 municipios mexiquenses.

En el grupo de 15 a 19 años, 16 municipios tuvieron las tasas más altas. Ixtapan del Oro ocupó el 1er lugar, con 124 por cada mil adolescentes, mientras que Villa Guerrero alcanzó 81 por cada mil. Las tasas más bajas, entre 29 y 20.5 por cada mil, se ubicaron en Tlalnepantla de Baz, Atizapán de Zaragoza, Tultitlán, Metepec, Cuautitlán Izcalli, Coacalco de Berriozábal, Acolman y Cuautitlán.

Maternidad adolescente y pobreza

La tendencia es clara: a mayor pobreza y baja escolaridad, se observan tasas más altas de natalidad adolescente. Es por ello que esta política pública, si se quiere avanzar en el país y en la entidad, debe ser intersectorial y con una visión sustentada en la interseccionalidad de género.

Los Ayuntamientos deben tomar parte en acciones de educación, salud, empleo, desarrollo social, derechos humanos, prevención, así como en atención a la violencia sexual y reducción del matrimonio forzado.

Madres adolescentes

Casi 12 mil adolescentes eran menores de edad cuando se convirtieron en madres. Solamente en 2021, 36 de cada 100 se vieron impelidas en la gestación, parto, puerperio y en la crianza; la mayoría por vez primera. 

En este grupo, ocho de cada 10 tenían entre 16 y 17 años. Seis de cada 10 habían alcanzado la secundaria y se dedicaban a los quehaceres de la casa. Tres de cada 10 tiene empleo o lo están buscando. Una de cada dos vive en unión libre y apenas 1% está casada.

Para colocar en perspectiva dichas cifras, en la Ciudad de México (CDMX), se registraron 3 mil 415 madres menores de edad; casi la cuarta parte de lo reportado en suelo mexiquense. 

La capital del país tiene poco menos de la mitad de población adolescente que el Estado de México. Se aprecian diferencias en la incidencia de la natalidad; no obstante, los perfiles en escolaridad, ocupación y estado de conyugalidad, son similares en ambas entidades.

Perspectiva de género

Uno de cada cinco hombres que procrearon con menores de edad en el Estado de México, permanecen en el anonimato; no existen datos de 2 mil 761 de ellos. 

Seis de cada 10 eran mayores de edad. Al menos la cuarta parte tenía cinco años o más que sus parejas de 17 años. Se reportan 400 casos en los que ellos tenían 30 años de edad o más; un asunto para la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

La escolaridad de estos masculinos está dominada por el nivel secundaria y casi la sexta parte de los casos tienen primaria o estudios de nivel medio superior. Aunque ocho de cada 10 tiene empleo, el ingreso es precario, en atención a su escolaridad y edad. He aquí el núcleo del círculo de la pobreza.

En los 3 mil 415 casos de la CDMX, también se observa ocultamiento de la paternidad, aunque se reporta un porcentaje ligeramente más alto, pues llegó a 26%. 

Casi un tercio tenía cinco años o más que las madres de 17 años. Seis de cada 100 de ellos tenía 30 años o más que sus parejas menores de edad.

Mejorar la política pública 

El conocimiento detallado del perfil social que presentan las madres y los masculinos que las embarazan, permitirá mejorar la ENAPEA en cada entidad federativa y en cada municipio. La FCPyS estaría llamada a colaborar a través de su proyecto Libélula, en tanto tiene la capacidad para generar indicadores a escala estatal, municipal y por localidad.

En la entidad urge que el Grupo Estatal aproveche los recursos públicos que, aunque escasos, está destinando el Fondo para el Bienestar y el Avance de las Mujeres (FOBAM). En 2020, le asignaron a la Secretaría de las Mujeres 2.4 millones para atender esta problemática social. 

En 2021, según el informe elaborado por El Colegio de México y Pfizer, dicha Secretaría no recibió recursos del FOBAM. En 2022, a la misma Secretaría le asignaron 2.2 millones para esta temática.

El tema estuvo incluido en el presupuesto que aprobó para 2022 la LXI Legislatura del Estado de México, pero no se especificó exactamente qué monto sería asignado al numeral 5.4, denominado “Reducción de embarazos adolescentes”.

Luis Alfonso Guadarrama Rico es doctor en Comunicación por la Universidad Veracruzana. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores SNI Nivel 1. En 1999 fundó la Red Iberoamericana de Investigación en Familia y Medios de Comunicación (FAMECOM). Es investigador y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UAEMex.