Edomex: Nogueira, un pilar de la acuarela
Benito Nogueira Ruiz, considerado uno de los grandes acuarelistas de nuestro tiempo, ha dejado una huella indeleble en el mundo del arte con su maestría y técnica única, gestado como artista en el Estado de México es considerado un pilar de la técnica para la entidad, así como un icono nacional y latinoamericano.
Edomex: Nogueira, un pilar de la acuarela
Nacido en Chihuahua, Chihuahua, Nogueira Ruiz demostró desde joven una afinidad por la pintura. Desde niño, se sintió atraído por los paisajes que lo rodeaban que acompañaban las pinturas de su padre, cuando tenía alrededor de 10 años.
“Mi papá tuvo toda la culpa, él me sacaba al campo y empecé a sentir amor por la naturaleza y me llamaban la atención sus pinturas, sus acuarelas, porque a él le gustaba hacer acuarelas, ahí fue el principio de todo. A mi papá le gustaba todo ese tipo de temas pintorescos y aunque yo jugaba, veía sus trabajos. Eso se queda en la memoria”, mencionó.
De administrador a acuarelista
En los 70 el destino lo trajo a la capital mexiquense para comenzar su formación académica como administrador de empresas en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), sin saber que llegaría para forjar su destino como artista.
“Fue el destino yo creo, porque realmente quería ir a la Ciudad de México, pero no me animé mucho porque en esa época había muchos relajos en la UNAM, aquí en Toluca tengo parientes y dieron posada para estudiar Administración de Empresas en la UAEMéx y me sentí muy a gusto.
“Paralelamente trabajaba con la técnica de la acuarela, que para mí era una distracción, una diversión, pero empecé a hacer exposiciones y empecé a ver que a la gente le gustaba mi trabajo, adquirían obras, lo que hizo que se volviera algo más en serio”, mencionó.
Mientras tanto, el maestro consiguió un trabajo en el DIF, se dedicaba al diseño gráfico, elaborando carteles y espectaculares utilizando técnicas artesanales, incluso echando “mano” de la gráfica, lo que comenzaría a encaminarlo al mundo del arte.
“Yo estaba estudiando administración, pero los amigos que me contrataron en el DIF me vieron con esa tendencia a hacer arte y me otorgaron una beca para ir a Barcelona, por parte del gobierno del estado.
“Después yo tendría unos 30 años y me dieron la oportunidad de exponer en un centro documental; me parece del ISSEMyM, casi enfrente de La Maquinita, conseguimos unas mamparas y pusimos los cuadros, aparte teníamos un grupo de amigos que les gustaba la acuarela e hicimos una galería por la colonia Sánchez, ahí también hicimos exposiciones colectivas”, apuntó.
Influencia artística
Fue en ese entonces, cuando en su camino, se comenzó a cruzar con grandes maestros de la técnica, que, con sus enseñanzas, comenzaron a tallar al artista en el que se ha convertido Nogueira, desde Guati Rojo (fundador del Museo Nacional de la Acuarela), quien le decía que lo principal era el dibujo, hasta Ignacio Barrios y su técnica de húmedo sobre húmedo, que ha representado en su obra el maestro Benito.
“En esa época conocí al maestro Guati Rojo, porque trabajábamos en el DIF, él me daba consejos, algunos tips en cuestión de la acuarela y todo eso fue muy valioso para mí y fundamental para seguir con esta técnica.
“Se fue dando esto de la acuarela y conocí al maestro Ignacio Barrios, que era un acuarelista muy reconocido mundialmente, estuve en su taller trabajando sus temas de paisaje; trabajaba mucho en húmedo sobre húmedo con resultados muy interesantes. Eso uno lo va adquiriendo para encontrar su manera de expresarse. “Luego conocí al maestro Demetrio Llordén, un español refugiado en México y también me enseñó bastante, un estilo diferente, más en seco y del manejo del color”, apuntó.
Nogueira siguió dedicándose al diseño publicitario, pasando por la UAEMex y el gobierno estatal, fue ahí cuando, tras abrirse camino como artista en la entidad, recibió la invitación para dirigir el Museo de la Acuarela del Estado de México, el cual comenzaba a gestarse.
“El papá del gobernador Mario Beteta era acuarelista y tenía un atractivo por la técnica, luego el gobernador Ignacio Pichardo Pagaza también la admiraba y se dio la creación del museo, también por la tradición que tiene la acuarela en el Estado de México.
Históricamente tenemos al maestro Pastor Velázquez, creador del escudo del Estado de México, también el arquitecto Mendiola, el mismo general Beteta (el padre del gobernador), el maestro Edgardo Coghlan, el mismo Ignacio Barrios y Ángel Mauro, son los pilares de la acuarela en el estado y eso provocó que se fundara el museo, ese acervo tan rico e histórico”, apuntó.
Fue entonces que Nogueira pudo potenciar el talento que posee, dedicándose en su totalidad a la cultura y a su arte.
“Fue otro rollo más enfocado a promover la cultura, promover el arte, ahí estuve ya más dedicado al arte de la acuarela hasta ahora que ya me jubilé del museo, pero sigo en la cuestión de pintar, que no se acaba.
A través de buscar traer artistas y crear concursos fue que recibí invitaciones en otros países para realizar exposiciones y tuve la fortuna de que les gustaran a las personas, todo siempre se fue dando”, comentó.
Formando nuevas generaciones
A través del museo, Nogueira comenzó a dar talleres que formaron artistas que comienzan a abrirse camino en la acuarela estatal y nacional, siempre abierto a compartir su pasión, aún si los alumnos no tenían conocimientos previos, lo que comenzó a formar una importante comunidad de artistas en la región.
El maestro no reconoce algún momento determinante en el que haya descubierto el sentimiento que le provoca la acuarela; sin embargo, considera que este creció paulatinamente hasta la fecha.
“No fue que me sintiera iluminado o artista, sino que fue una evolución muy lenta, pero que se fue dando y que, de alguna manera, las circunstancias, las experiencias, me fueron llevando y cada vez yo sentía más como algo importante y que tenía que expresar a través de la acuarela.
“También hago óleo, acrílicos, dibujo, pero la acuarela es a lo que se inclina uno por lo espontáneo y las sorpresas que te da el agua y el color hace mucho más emocionante la acción de pintar y sientes la responsabilidad de hacerlo mejor, también porque uno va obteniendo premios en concursos”, compartió.
El espacio de este perfil no bastaría para detallar los premios y reconocimientos que tiene el maestro dentro del gremio artístico y la comunidad; sin embargo, él no se considera un pilar de la acuarela, como probablemente lo es para muchos, por el contrario, se mantiene con la pasión y ganas de quien apenas comienza.
Aunque este año dejó la dirección del museo, su historia como artista continúa escribiéndose, preparando nuevas intenciones en sus futuras obras a través de la abstracción.
“Tengo varios proyectos, la cuestión de la figura humana y del paisaje, pero ya con otros enfoques, más abstractos. Tengo un tema de Sor Juana con su personalidad y su historia. El aspecto de abstracción es una evolución de cualquier pintor, que hace que todo se vaya simplificando o sintetizando, eso es lo que estoy buscando.
No es fácil, pero para allá va uno”, señaló.
Benito Nogueira no es solo un maestro de la acuarela, sino también un innovador que ha llevado esta técnica a nuevas alturas. Su habilidad para capturar la esencia de la luz y la naturaleza en sus obras ha establecido un estándar de excelencia en el mundo del arte. A través de su técnica impecable, su creatividad y su dedicación a la enseñanza, Nogueira ha dejado un legado perdurable que continuará inspirando a generaciones futuras.
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