El escritor y académico Pablo Medel nos lleva, a través de su novela MUSHUC (Katakana editores), a un viaje por los recovecos históricos y culturales de Chiapas en un momento clave de su historia.
Con una narrativa que se adentra en las raíces del 1993, previo al alzamiento zapatista, Medel reconstruye un mundo donde la realidad y la ficción se entrelazan para ofrecer una mirada profunda a una época determinante para México
“Todo surgió de una duda que tenía sobre qué ocurrió en el año previo a 1994 en Chiapas, en Comitán. Había leído muchos ensayos y documentales, pero sentía que faltaba una novela que abordara ese periodo de manera más literaria. Al vivir allí durante un par de años, pude absorber la atmósfera y reconstruir esa historia desde una perspectiva que sentía necesaria.
Vivió con una pareja chiapaneca
Su experiencia viviendo en la región y su relación con una pareja chiapaneca le permitió acercarse más a las costumbres, la forma de hablar y la esencia misma del lugar.
“Recuerdo la primera vez que escuché lo del ‘vos’ en Chiapas. No sabía que se usaba allí. Fue una de muchas sorpresas lingüísticas y culturales.
“Fue clave la experiencia personal. Mi pareja es chiapaneca, y eso me permitió integrarme en un contexto familiar que me ayudó a entender mejor la cultura, el habla y las costumbres del lugar. Fue una experiencia enriquecedora que quise plasmar con respeto y precisión en la novela”, mencionó el autor español.
Siendo extranjero, Medel enfrentó el desafío de adentrarse en una comunidad con costumbres y creencias arraigadas. Sin embargo, su mirada externa le permitió valorar la riqueza de la diversidad cultural.
“Creo que los libros pueden servir como repositorios de realidades diversas. Intenté representar las distintas formas en las que el idioma se mezcla en Comitán, donde conviven el español y el tojolabal.
“La investigación y la escucha atenta fueron fundamentales. Me interesaba mostrar esa riqueza lingüística y cultural, y también reflexionar sobre cómo, a menudo, olvidamos partes de nuestra historia y nuestras identidades”, relata.
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Mushuc, un concepto poderoso
El título de la novela, MUSHUC, proviene del tojolabal y significa “ombligo”, una referencia a la tradición de enterrar el ombligo del recién nacido, pero también un símbolo de origen y arraigo.
“Me pareció un concepto poderoso porque la novela también trata sobre los orígenes, sobre la identidad y la historia que a veces olvidamos”, reconoce Medel.
MUSHUC transcurre en 1993, justo antes del levantamiento zapatista, etapa que apasiona al académico.
“Siempre me ha fascinado ese momento histórico. En 1994 tenía 15 años y vivía en Estados Unidos. Recuerdo cómo en España se hablaba del zapatismo como algo mítico, casi cinematográfico. Me interesaba reconstruir lo que pasó antes de que la historia se hiciera visible al mundo. MUSHUC cuenta la historia de un Comitán fronterizo en el que conviven personajes que, sin saberlo, están a punto de ser testigos de un cambio histórico crucial para México, antes de que todo estallara”.
Varios de sus personajes llevan consigo su propia identidad
Medel reconoce que varios de sus personajes llevan consigo una parte de su propia identidad y experiencias. Uno de ellos es Mayra, una escritora que deja la Ciudad de México en busca de inspiración, influenciada por Rosario Castellanos.
“Cuando escribía la novela, volví a leer Balún Canán y tenía un bloqueo creativo. En cierta forma, lo reflejé en ella”, admite. En varios personajes hay algo de mí. Mayra, por ejemplo, en cierto modo, refleja mi propio proceso creativo y mis bloqueos como escritor”.
Otro personaje clave es un extranjero que viaja por la Panamericana y termina atrapado en Chiapas, reflejando algunas de las inquietudes y exploraciones personales del propio Medel.
“Siempre tuve curiosidad por la teología de la liberación y su impacto en la comunidad. Crecí en una familia protestante, por lo que lo católico me era ajeno, y esta novela fue una oportunidad para comprenderlo”, comentó.
Además de escritor, Medel es maestro, y es consciente del desafío que representa fomentar la lectura en una generación que ha crecido con pantallas.
“Creo que los jóvenes entienden que sin lectura no hay pensamiento crítico ni libertad. No se trata de obligarlos, sino de mostrarles que leer es una forma de resistencia
“La literatura tiene el poder de generar comunidad y rescatar el pensamiento colectivo. Si quitas la tecnología de la ecuación, las historias siguen funcionando porque tocan lo universal. Hay una comunidad lectora joven que está ahí, solo hay que saber conectar con ella.
“Cuando presenté MUSHUC en la universidad, noté que les interesaba la ausencia de tecnología en la historia. Eso me confirmó que las narrativas pueden conectar con lo universal cuando exploran la naturaleza, la historia y la identidad”, expresó.
MUSHUC es más que una novela sobre un momento histórico
MUSHUC es más que una novela sobre un momento histórico; es un testimonio literario de cómo la identidad, la historia y el lenguaje se entrelazan para dar sentido a la realidad mexicana.
Pablo Medel invita a descubrir ese México profundo, muchas veces olvidado, pero siempre vibrante en su esencia.
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TAR