El sexenio del sureste mexicano

Desde la formalización del gobierno mexicano en su primera Constitución Federal de 1824, que estableció la División de Poderes en Ejecutivo Legislativo y Judicial, pocos son los presidentes mexicanos que hemos tenido, identificado con la zona sureste, los más conocidos, los oaxaqueños Benito Juárez García y Porfirio Díaz Mori, antes del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador imperaron los titulares de la primera Magistratura de origen veracruzano, como Antonio López de Santa Anna, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruíz Cortines; otros nacidos en bajío como Guanajuato, Vicente Fox; Colima, Miguel de la Madrid, pertenecientes al centro del país, Estado de México, Adolfo López Mateos, Enrique Peña Nieto, y de la etapa post revolucionaria del Norte, Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, entre muchos más.

 De aquí que yo quiera resaltar que desde el presidente Díaz Mori,  quien construyó todas las vías férreas del país, incluido del Tren del Istmo de Tehuantepec inaugurado el 23 de enero de 1907,  que conecta desde Puerto de Salinas Cruz Oaxaca  hasta Coatzacoalcos Veracruz, es hasta el Presidente López Obrador que se hace una muy fuerte inversión con la construcción del Tren Maya, y la modernización de las vías férreas y los propios trenes que corren en el Istmo, a través del programa de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec que impulsó desde el 2019 la actual administración, y que tuve la oportunidad de conocer de cerca toda la región como representante de la Secretaría de Educación Pública ( SEP) encabezada entonces por Esteban Moctezuma, en presidir las asambleas por dicha dependencia en la diversas comunidad indígenas  de la manos de todas las dependencias federales y del Instituto Nacional  de los Pueblos Indígenas ( INPI).

Con esta modernización, se logró desarrollar el Corredor Interoceánico Istmo de Tehuantepec (CIIT) e Instrumentar una Plataforma Logística multimodal y su interconexión mediante transporte ferroviario, por conducto del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, S.A. de C.V.; el CIIT se integra por una serie de empresas y organismos de diferente tamaño y especialización. Una parte es el FIT, mil 96 kilómetros (km) de vías férreas para el traslado de carga y personas; otra los Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis), 12 territorios con servicios básicos e incentivos fiscales para atraer inversión; y, por último, cuatro puertos –Salina Cruz, Puerto Chiapas, Dos Bocas y Coatzacoalcos– que sirvan como puerta de entrada y salida para el comercio exterior.

 Además de la infraestructura física, parte esencial para que el CIIT represente una alternativa, o complemento al Canal de Panamá, se encuentra en la tecnificación de las aduanas. De acuerdo con el capitán de navío, Julio César Cabrera Alonso, director general de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona), en Salina Cruz, ya se está realizando ese tipo de inversión.

Sin duda la logística de traslados, para el comercio internacional, el Corredor Interoceánico es una gran opción para los barcos que llegan el oriente por el Océano pacífico y lo mismo a los que arriban por el Golfo de México, y quieren tener una alternativa al transitado Canal de Panamá.