El Toluca de ayer y hoy
Diálogo en Silencio
Hace un par de días se entregó la renovación de la Plaza González Arratia en el corazón de Toluca. El lugar luce diferente, verde, con juegos y murales; sin duda será sitio para la convivencia familiar junto con la Plaza de los Mártires, el Parque de la Ciencia Fundadores, el planetario y el Cosmovitral, que por cierto cumplió 43 años, en donde resalta el vitral más grande del mundo, obra del maestro Leopoldo Flores.
Con ello cambia de manera radical la fisonomía del primer cuadro de la capital mexiquense.
Al ver los trabajos de la plaza renovada, brotan los recuerdos. Sin asumir un papel que cronistas e historiadores realizan y de manera estupenda, vienen a mi memoria algunas vivencias y momentos de antaño en ese lugar y otros datos se exponen producto de la consulta.
Para empezar, los terrenos en donde hoy se encuentra la plaza, hace muchos años se utilizaron como cementerios religiosos; en el año de 1833 se instaló un mercado que se incendió en el año de 1935 para dar paso a la construcción de otro, el Miguel Hidalgo (que hoy se encuentra en la colonia Sánchez) y el cine Coliseo popular por sus funciones de matiné los domingos con películas de los héroes de antaño, como Chanoc y míticos enmascarados que luchaban contra todo lo que se les pusiera enfrente y salían victoriosos.
Ahí a su lado los Portales, que también se recuerdan con negocios simbólicos que le dieron identidad, algunos siguen y se resisten a desaparecer como la famosa tienda del licor de Mosquito “La Miniatura”; otros más se fueron y a manera de homenaje vale la pena recordar el café Zodiac, a un costado de la fotografía Ruíz; el restaurante Impala con sus chilaquiles y café cortado; los dulces de El Socio y a la vuelta el restaurante Las Ramblas unos metros antes del pasillo que conducía a la primera estación de radio de Toluca con las siglas XECH. Y en esa zona los voceadores con el tradicional Noticiero, un periódico impreso con tinta azul. Así era Toluca.
Por cierto, la construcción de esos Portales en el año de 1832, dos años después de que Toluca fuera nombrada sede de los poderes del Estado de México, fue impulsada precisamente por José María González Arratia, cuyo nombre lleva la plaza recién renovada en su honor.
También fue precursor del parque La Alameda, que recibió ese nombre porque inicialmente pensaron en poblarlo solamente con álamos, aunque eso no fue posible y se sembraron otras especies. Hoy se conoce también como Parque Cuauhtémoc.
José María González Arratia murió de manera trágica. Al presenciar un herradero en una hacienda en San Diego de los Padres, una vaca descontrolada le golpeó en el pecho, se desplomó y entró en agonía.
Si se quiere profundizar sobre esos datos biográficos les dejo el link del excelente trabajo del maestro Inocente Peñaloza: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=446344468022 que refiere toda esa historia.
Por lo pronto, no hay pretexto para no ir al centro de la capital mexiquense y caminar por estos espacios en compañía de los amigos y de la familia.
Así queremos seguir recordando a Toluca y sus alrededores.
@periodistamex
TAR