Sin haber superado en su totalidad los efectos causados por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, hoy, China pone en alerta al mundo ante el brote viral del metapneumovirus humano (HMPV), el cual ha generado preocupación en las autoridades sanitarias y hospitales debido a sus síntomas similares a los de la COVID-19 y la gripe.
A pesar de que la pandemia parece haber quedado atrás, este nuevo virus avanza rápidamente y la saturación de hospitales chinos ha sido un tema en las redes sociales, lo que ha intensificado la alarma pública.
Aunque se especula sobre la posibilidad de declarar un estado de emergencia, hasta el momento no hay una confirmación oficial al respecto. Las autoridades monitorean de cerca la situación, mientras el HMPV sigue propagándose por el país.
El Laboratorio de Enfermedades Infecciosas de la Pontificia Universidad Católica de Chile consideró este brote como una noticia en desarrollo. Aseguró que “se trata nuevamente de un virus que causa enfermedad respiratoria y que se transmite de idéntica manera que el SARS-CoV-2 a través de las gotitas que aspiramos al respirar”.
La institución explicó que “el metapneumovirus humano pertenece a la familia de los paramixovirus, el mismo grupo que incluye a virus como el de la parotiditis o paperas, el sarampión y el virus sincicial respiratorio”.
La universidad agregó que el virus fue descubierto en Países Bajos en 2001 y la mayoría de las veces causa infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfrío común hasta enfermedades graves como la neumonía, especialmente en población vulnerables como niños, ancianos y personas inmunocomprometidas, con base en un informe de Cleveland Clinic de Estados Unidos.
El metapneumovirus humano (HMPV) se transmite principalmente a través del contacto físico, los estornudos y la tos. Afecta en mayor medida a personas vulnerables, como los adultos mayores de 65 años, los niños pequeños y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados por otras enfermedades.
También advierte que la transmisión es posible al hacer contacto con superficies contaminadas y luego tocar la boca, nariz u ojos.
Hasta la fecha no hay una vacuna específica y “la alta densidad poblacional en las ciudades chinas ha hecho difícil el control del virus”, refirió la institución.
Pese a la alarma que se ha desatado, la Organización Mundial de la Salud no se ha pronunciado sobre el brote, por lo que la universidad aconseja que quienes viajen a China se vacunen previamente contra la influenza y la COVID-19.
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TAR