Grupos LGBTTTIQ enfrentan todavía resistencia laboral
Patricia Mireles Sosa, presidenta del Cabildo Pro Diversidad Sexual del Estado de México Asociación Civil (CODISEM), destacó que, en temas laborales, en el sector público aún existe resistencia para permitir que personas de diversidad sexual trabajen en ciertas áreas, sobre todo de atención al público, por lo que consideró que debe seguirse trabajando y sensibilizando a la sociedad sobre este tema.
Reconoció que se ha avanzado en temas de inclusión con grupos Lésbico, Gay, Bisexual, Travestí, Transgénero Transexual, Intersexual, Queer y más (LGBTTTIQ+), principalmente en el sector privado.
En oficinas de gobierno, abundó, todavía quieren tenerlos escondidos, allá donde nadie los vea, donde no tenga trato con gente, y aunque no es en todos lados si es una mayoría donde aún se discrimina a las personas por sus preferencias sexuales, lo cual no debería influir pues son tan capaces como cualquiera.
Destacó que se han presentado ya algunas quejas en derechos humanos tras esta situación y, contrario a esto, en el sector privado han entendido mucho más el tema y se ha vuelto en realidad un beneficio poner de moda el término de inclusión laboral, pues se han abierto puertas y mentes.
En lo que se refiere al tema de empleo informal, resaltó que el grupo que continúa con mayores problemas por falta de clientes son las sexoservidoras trans, quienes se encuentran en dos o tres puntos de la capital del estado y que han tenido que migrar a otras actividades para subsistir.
“No hay trabajo por ahora para ellas, porque la pandemia ha hecho que la gente se quede en casa y los clientes ya no pueden salir tan fácil con el pretexto de quedarse más tiempo en oficinas o acudir a salidas de trabajo, así que prácticamente están desempleadas”.
Consideró que son cerca de 150 trabajadoras sexuales trans que se encuentran en esta condición y ahora se han tenido que dedicar a temas de belleza, como corte de cabello, colocación de uñas, pestañas y hasta la venta de comida para poder vivir.
“Sin embargo, también ha sido complicado, porque no toda la gente quiere acudir con ellas a que les hagan tratamientos de belleza ya que todavía existe mucho clasismo y racismo, actitudes que deben irse erradicando, pero todavía es un gran reto”, finalizó.