Ilustración literaria, un arte complejo que va más allá del dibujo

Rocío Solis es una de las artistas mexiquenses que han llevado su arte a la ilustración de libros infantiles para la el Fondo Editorial del Estado de México, una labor de suma importancia, que lleva consigo un mensaje y requiere de un proceso minucioso.

Rocío Solis es una de las artistas mexiquenses que han llevado su arte a la ilustración de libros infantiles para la el Fondo Editorial del Estado de México

La ilustradora comenta que desde pequeña encontró su pasión en las artes plásticas, lo que desarrolló hasta participar en colecciones de la entidad como: El libro de Nezahualcóyotl, José María Velasco, Colección de cuentos para leerse en voz alta, La lotería de Metepec, entre otros.

Solis detalló que su labor va más allá de adornar una obra, sino que la ilustración; principalmente en la literatura infantil, se convierte en una “extremidad” de la pieza literaria que acompaña y converge con las letras y el escrito.

“De entrada se tiene que leer el texto varías veces, el que me toca ilustrar, porque eso me permite ir poniendo imágenes en mi mente y cosas que me gustaría ir bocetando y esto es un proceso bastante largo, porque estos bocetos son los que me permiten ir planeando el libro.

Además, el proceso de diseño, la maquetación, todo eso es parte del boceto, entonces lleva su tiempo”, dijo la ilustradora.

Explicó que una ilustradora, o ilustrador, se involucra en todos los aspectos de la creación en cuanto a lo visual , desde el estilo de la tipografía hasta el acomodo del texto que puede convertirse en parte del dibujo que lo acompañe.

Se involucra en todos los aspectos de la creación

“Después de esto viene el trabajo en equipo con un corrector de estilo para hacer los cambios en los textos y también esta parte de la planeación implica que en la maquetación comiences a utilizar una tipografía y seguir los lineamientos de la colección donde se insertan los libros”, mencionó

Finalmente detalló que, al igual que al montar una exposición para la vista del público, sus piezas deben pasar por un proceso de curaduría que comulguen con el menaje que quiere enviar el libro, desde lo más superficial hasta la elección de los colores.

“Las ilustraciones finales las voy realizando, a veces en cuestiones digitales otras veces son análogas y también se tiene que hacer una planeación respecto al uso de colores, de las imágenes, de la secuencia de la narración y algunos detalles del libro que me permita darle salida”, dijo.

PAT