Katy lucha contra la discriminación
“A mi cuando me dicen: no puedes, me queman la mecha y me aferro más”, platica con orgullo Katy María García Userralde, una mujer de talla baja que ha cumplido cada uno de sus sueños.
Al mismo tiempo que lucha contra la discriminación.
A sus 30 años es licenciada en psicología y, posiblemente, la principal defensora de los derechos de las personas de talla baja en la entidad mexiquense, al ser presidenta de la asociación civil Gente Pequeña Alcanza Estado de México.
A Katy se le ha visto desfilar en pasarelas de moda, vestida de novia, también bailando el hula-hula en festivales artísticos, donde la gente pequeña es la exponente principal, para romper estereotipos y crear un mundo más incluyente.
Sufrió bullying en la niñez
Debido a que fue diagnosticada con Síndrome de Smith, su estatura es de un metro con 30 centímetros y, como muchas otras personas en esta condición, ha sufrido rechazo, burlas, acoso escolar y otros tipos de maltrato físico y psicológico desde la infancia.
“Compañeros de la escuela me llegaron a lanzar naranjas podridas en la cabeza y llenar la mochila de basura”, recuerda.
“Hay muchos niños que han sido rechazados por su familia y los padres los maltratan o los abandonan.
“Los dejan con la abuelita o hay casos en que ni los registraron y los tienen escondidos en casa y no los sacan por pena”, añadió.
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Su labor social
La asociación civil que ella preside, Gente Pequeña Alcanza Estado de México, está conformada por un grupo de personas que miden entre 40 centímetros y un metro con 40 centímetros.
Todas ellas trabajan en equipo para erradicar los abusos, motivar y empoderar a los suyos para que no vivan con miedo a ser discriminados.
A través de talleres y pláticas, buscan concientizar a la población para dejar de referirse a las personas de talla baja como “enanos”, pues “es un término peyorativo”, también pide dejar de verlas “como un ser que debe hacer reír a la gente y motivo de entretenimiento y de burla”.
Ella comparte su historia de vida para empoderar a más personas de talla baja y motivarlas a que tengan un proyecto de vida, que terminen una carrera o un oficio, y que dejen de creer que solo pueden trabajar en los circos.
Ha promovido campañas de modelaje, diseño de ropa y calzado para la gente pequeña, pues muchas veces en el centro comercial no hay y tienen que ir a la zona de niños, “lo que para ellos es indignante, pues encuentran solo zapatos de Hello Kitty”.
Las victorias de Katy
Uno de sus principales logros fue que se incluyera a las personas de talla baja en la Ley para la Protección, Integración y Desarrollo de las Personas con Discapacidad del Estado de México.
“Una de las razones por las cuales las personas de talla baja tenían que incluirse en la Ley de Discapacidad es porque hemos tenido casos de niños que tienen 14 años u 8 y ya tienen un desgaste de la cadera como una señora de 50 o 60, entonces su calidad de vida no es favorable”.
La maternidad
Ella recuerda que incluso algunos familiares le decían: “nadie va a querer a una enana, te vas a quedar soltera, ya mejor dedícate a ser monja”.
Pero Katy se enamoró, se casó y hace dos años tres meses, se convirtió en madre de un varón.
“Mi embarazo siempre fue de alto riesgo, tuve amenaza de aborto, me cansaba más, me dolía la espalda y la cadera. El parto fue una pesadilla (…) los doctores veían al bebé como un caso de estudio”.
Su hijo también fue diagnosticado con talla baja, y eso la motivó más a seguir en el proyecto para construir un mundo mejor para él y las generaciones venideras.
Mujer, profesionista, madre, hija, esposa y luchadora social, en todo eso divide su tiempo y “va por más”.
“Mi mamá un día tuvo una conversación con mis hermanos, les dijo: el día que yo no esté les encargo mucho a Katy, que la mantengan, que la cuiden.
“Para mí fue fuerte enterarme de eso, pero le eche ganas. Ahora mi mamá dice: yo les pedí que te cuidaran y ahora eres tú la que cuidas de ellos”, platicó entre risas.
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