La elección va en serio
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La tarde de este martes la Fiscalía General de la República (FGR) emitió un comunicado para informar que ha iniciado “procedimientos de investigación en diversas carpetas por delitos federales” en contra de Enrique Peña Nieto al que solo identifica como Enrique “P”.
Las coincidencias no existen.
Hace casi un mes, Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) anunció que había una investigación en contra de Enrique Peña y que esta sería turnada a la FGR.
Peña respondió por Twitter que esperaba contar con la posibilidad de aclarar las acusaciones de la UIF y que tenía confianza en las instituciones de justicia respecto a las investigaciones que estas podrían desarrollar en su contra.
Tres semanas más tarde, el comunicado FGR 352/22 da cuenta de que estas investigaciones se convirtieron en “diversas carpetas por delitos federales”, los mismos que, en su momento, Pablo Gómez presumía que se habrían cometido.
Las acusaciones del titular de la UIF ocurrieron en el contexto de los reportes periodísticos que indicaban que distintos actores políticos del Estado de México habrían visitado al exmandatario en su casa de España para consultarle sobre la elección de 2023.
La figura del expresidente se asoma como una amenaza para las intenciones de Morena, más cuando suenan en el río las acusaciones sobre negociaciones en lo oscurito para que la plaza sea entregada sin dar pelea por parte del gobierno estatal.
Ir contra el expresidente no es solo una advertencia hacia Peña Nieto, lo es también para quienes se mueven en su entorno y para quienes se quieran interponer a los deseos presidenciales de arrebatarle al PRI la joya electoral de la corona.
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El gobierno federal está dispuesto a todo y se menciona que la investigación de la UIF alcanzaría también los negocios de su hermano Arturo Peña Nieto; la dependencia a cargo de Pablo Gómez sigue investigando para entregar también este material a la FGR.
Peña Nieto acusó de recibidos a los mensajes presidenciales, puso a la venta sus propiedades en España y se movió de escenario, pareciera buscar un lugar que le permita mayor comodidad de acción, uno que también complique el actuar de la 4T.
Pero el movimiento podría resultar contraproducente para las intenciones morenistas, hasta antes del anuncio de las investigaciones contra el expresidente no había entre los tricolores una figura con la fuerza moral para unirlos a todos bajo una misma bandera.
Eric Sevilla ha ido municipio por municipio tratando de levantar el ánimo de la militancia, los encontró decaídos y hasta atemorizados, percibían a su dirigencia como lejana y ajena y no encontraban una figura por la cual pelear.
Lo peor de ese escenario es que la dirigente anterior del partido, quien habría estado ajena y distante de la militancia, es quien suena como la principal propuesta priista para encabezar el proyecto, ni más ni menos.
En ese escenario, la figura de Peña Nieto, distante físicamente, se mantenía mucho más cercana, se volvió un mito que, a lo lejos, observaba, decidía y movía piezas como un poder invisible con capacidad de acción y decisión.
Verdad o mentira, ya no importa: las acciones de la UIF y la FGR alimentan el mito y les dan a los priistas algo que no tenían: un símbolo de unidad, alguien en torno a quién reunirse y de quien sienten que los puede llevar a vencer a los morenistas, porque ya lo ha hecho antes.
Toca mover a Peña Nieto, se habla de videos secretos con imágenes comprometedoras para una acción frontal o quizás algo más sutil, al estilo de los políticos mexiquenses, amantes de los mensajes encriptados en acciones discretas ocultas a los ojos inexpertos.
La elección de 2023 será un choque de trenes que han partido de sus respectivas estaciones. Para Morena, ganar el Edomex representa la consolidación de su movimiento; para el PRI, mantenerlo es la evidencia de que aún hay vida por delante. Por eso: la elección va en serio.
j.israel.martinez@gmail.com
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