La insostenibilidad de nuestra demanda de agua 

La Fuente

Al principio de nuestra existencia como seres humanos necesitábamos para vivir 3 litros de agua diario, con ésta cantidad satisfacíamos adecuadamente la necesidad primaria de beber y quizá limpiarnos un poco. Con el avance de la historia humana, las necesidades fueron creciendo, conforme nos convertimos en sedentarios y las poblaciones crecieron, la civilización vino acompañada de un aumento de la demanda de bienes naturales, algunos requerían algún grado de transformación y otros se consumían directamente.

En la actualidad, la cantidad de agua requerida para satisfacer mínimamente nuestras necesidades es de 100 litros diarios, ¿cómo pasamos a requerir casi 33 veces más la cantidad inicial? La respuesta está en los avances en los conocimientos para no enfermarnos, ahora sabemos que es necesario lavar y desinfectar nuestros alimentos, que la higiene personal nos previene de enfermedades, que aunque la cantidad de agua que necesitamos beber es la misma, ahora requiere de procesos de descontaminación que antes no eran necesarios, precisamos también una adecuada disposición de nuestras aguas residuales, después que supiéramos que éstas eran la causa principal de enfermedades como el cólera.

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Sin embargo, a estos 100 litros diarios, tendríamos que sumar toda el agua que se requiere para producir nuestros alimentos, o para fabricar los productos que utilizamos todos los días, si sumáramos, ésta cantidad podríamos sorprendernos del monto al que ascendería nuestra demanda directa y la indirecta, variará por nuestros hábitos de consumo, en mucho determinados por el sistema económico en que vivimos, por ejemplo, si usted como yo gusta mucho del café, un jarra de 750 ml, requerirá 840 litros para producirlos, si gusta acompañarlos por un par de huevos revueltos, habrá que añadir 400 litros más, y si consume una manzana (an apple a day keeps the doctor away), súmele 70 litros y si para comer consume 300 grs de carne de res, habrá requerido 4500 litros adicionales, tan sólo en ésta demanda, nos acercamos a los 6,000 litros diarios. Todos éstos bienes son, sin duda, necesarios también para nuestra subsistencia, aunque algo podríamos decir de la forma en que se producen, pero consumimos otros tantos productos, no imprescindibles y que consumen cantidades exorbitantes de agua.

¿Cómo podemos sostener ésta cantidad cada vez más creciente de demanda de agua?, los límites del crecimiento ya han sido planteados, debemos preguntarnos si como sociedad podemos soportar esa cantidad creciente de agua demandada, así como tampoco podemos seguir lamentándonos cada temporada de estiaje de la falta de agua en nuestros hogares, y que cada vez con mayor frecuencia ocurre fuera de éste periodo del año, lo que ocurre es que no hemos vinculado nuestra demanda con las acciones necesarias para hacerlo efectivo, requerimos una verdadera planeación económica, que se vincule la economía de la física que es la termodinámica, la economía de la naturaleza que es la ecología y la de los seres humanos, planeación que renunciamos a partir de un modelo que nos propusieron en los años 80´s y del que todos sufrimos sus efectos.

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Hasta cuándo seguiremos actuando de forma reactiva a nuestros problemas, que serán cada vez mayores, la planeación de la que hablamos debe venir de una autoridad con toda la fortaleza institucional para hacer los cambios necesarios, que cuente con información real y fidedigna, con la participación de la sociedad en su conjunto, en este punto ya no es algo deseable, es imprescindible.