Los Indígenas de mi Estado
Con singular alegría
Hoy es tiempo de pedir un deseo, aunque sea muy complicado, pero yo sigo teniendo esperanza.
Sí: poder ayudar a las comunidades de indígenas que existen en el país, y por supuesto en nuestro Estado. ¿Cómo? Mediante programas que se puedan establecer a partir de un diagnóstico que ya se hizo hace años, de las cinco etnias que tenemos.
Así el quienes son, dónde están, para qué o para quién trabajan, y qué comen, son preguntas que se podrían contestar cuando cada cual lea el libro “Mitos y Leyendas de los Indígenas del Estado de México”, que editó hace treinta años, el Consejo Estatal de Población.
Hay que hacer notar que este documento se hizo antes de que hubiera el zafarrancho que se organizó en Chiapas. Y me preguntaré una y mil veces, si esto hubiera sido hecho –el diagnóstico mencionado- por el Gobierno de Chiapas, ¿hubiera habido alguien que se pudiera haber dedicado a hacer algo por los indígenas desde la administración pública?
El 1 de enero del 2019, se cumplieron 28 años del levantamiento del EZLN, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, quienes continúan en franca oposición al Estado Mexicano ya que, a pesar del cuarto de siglo transcurrido desde que declararon la guerra, sus demandas no han sido resueltas.
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En el marco de este aniversario, el subcomandante Moisés, vocero del EZLN, manifestó su inconformidad con los proyectos económicos y de infraestructura del actual gobierno federal.
Y la respuesta por y para siempre, es que por supuesto no hay respuesta. Ese fue un paso definitivo que tomó Marcos, porque bien sabía él como sociólogo e investigador, que nadie-nadie, podía darle el menor grito de descalificación.
Nadie o muy pero muy pocas instancias, han hecho algo por los indígenas de este país.
Pero eso es otra historia y la verdad es que al final de cuentas y por hacerse el gran ayudador de los necesitados entre los necesitados de o en este país, todo el mundo es capaz de decir que en verdad le entra a la bronca.
Porque se dice… se dice que solamente existen millón, de indígenas, pero eso hace ya muchos años. De no ser así, ¿a dónde se irían? ¿a Estados Unidos, o con Marcos? ¿Verdad que esto no es posible? Así que no nos hagamos tontos y entrémosle en verdad al conflicto. Todos están en las calles pidiendo ser ayudados…
Podría ser dándoles una alternativa: el respeto a sus tradiciones. Esas que nosotros no tenemos la menor idea que existan.
Tradiciones y costumbres mágicas que están por encima de cualquier orden e inteligencia de los que estamos tan lejos de ellos.
Algún día tuvimos un pueblo integro e inteligente. Con gente con rasgos y conductas bien definidos. Esos que todavía podemos ver en donde las razas son más puras.
Con nuestros hermanos mazahuas, tlahuicas, otomíes, matlatzincas y nahuatlacas.
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Otro texto que alguna vez vi en una biblioteca muy lejana, allá en donde están los Mazahuas en San Felipe del Progreso, y que me llenó de orgullo, fue uno que se llama “Mitos y Leyendas de los Indígenas del Estado de México”. Yo lo hice, por eso se los recomiendo.
Porque sé que aunque ya han pasado muchos años, desde que se elaboraron, y que en algunos lugares puede que estén anclados en las más recónditas bibliotecas, sé que aún pueden servir si se actualizan.
Todavía creo en los milagros. Por eso es que creo también y por fe déjenme declararlo, que los más necesitados de este estado, serán por fin atendidos.
¿En dónde? En este lugar mágico que se llama gobierno, y de donde tienen que salir todos los presupuestos para que estas personas puedan tener un sustento más poderoso mágico y lúcido en sus vidas.
Porque el que estén en sus lugares de origen, no quiere decir que sean unos pobres seres que no sirven para nada. Son hombres y mujeres muy capaces para sacar adelante cada una de sus comunidades.
Pero nadie les ha dado la mano. Nadie se ha declarado el Juárez de esta época para decir que existen miles de personas que sí pueden.
Y yo creo en ellos.
Por eso, cada vez que abro uno de esos –mis libros tan adorados-, me surge una rabia indecible, inmedible, enorme, porque tengo dentro de la conciencia, el compromiso de saber que ellos están allí esperando que alguien le hable quedito o muy fuerte al señor Gobernador, para que existan programas y programas para su ayuda.
Al final de cuentas estos deben hacerlo quienes tienen el más profundo conocimiento en la materia. No quienes están recién egresados de planteles de educación superior tipo Mexican-Yale, y creen que están descubriendo la vida.
Ahora entiendo el por qué en la antigüedad no solo con los aztecas, sino con los griegos y los egipcios, se les daba un papel primordial a todos los originarios de estos pueblos. Así sea.
gildamh@hotmail.com