Madres buscadoras expresan indignación ante la indiferencia de autoridades
Madres buscadoras de personas desaparecidas han manifestado su rabia e indignación ante la indiferencia de las autoridades mexiquenses y de las comisiones de búsqueda nacional y estatal.
A pesar del hallazgo de restos humanos por segunda vez durante las labores de remoción de escombros en el canal de aguas negras Río La Compañía, aseguran que el personal de estas instituciones han estado ausentes y no ha brindado el acompañamiento necesario.
Indignadas madres buscadoras ante la indiferencia de autoridades
Agregaron que en los trabajos de búsqueda se encuentran completamente solos, sin el apoyo de las autoridades, que no les han ofrecido herramientas ni maquinaria para agilizar la búsqueda entre cientos de toneladas de basura, lodo y otros desechos acumulados.
Es la ciudadanía, a través de las redes sociales, quienes han ofrecido enviar cubrebocas, agua embotellada e incluso alimentos.
Sin embargo, llegar al lugar es complicado, ya que se encuentra en una zona despoblada de los terrenos del ex Lago de Texcoco, entre la autopista concesionada Circuito Exterior Mexiquense y el principal cauce de aguas residuales de la zona oriente.
Los que se han sumado a esta búsqueda son hombres y mujeres que comparten una dolorosa realidad: la desaparición de sus hijos e hijas, algunos de los cuales han estado ausentes por más de cinco años, mientras que otros desaparecieron hace apenas unos meses.
Tienen la esperanza de encontrar el cuerpo de sus familiares
Juliana Arellano Pérez, con los ojos rojos e hinchados, sufre por la ausencia de su hijo Víctor Uriel Rodríguez Arellano, quien desapareció en Cuautitlán.
Las investigaciones indican que el joven, podría estar en Jalisco, ya que allí se ubicó el último rastro de su teléfono móvil.
Araceli García Ortiz lleva cinco años buscando a su hija Carolina López, quien salió de su casa en Nextlalpan en busca de trabajo.
La investigación sugiere que la joven nunca salió de la localidad.
Jerónima Castro, continúa removiendo escombros en busca de su hijo Víctor Manuel Gómez Castro, quien tenía 34 años cuando desapareció en 2019.
La última vez que se le vio fue en el tiradero a cielo abierto de Nezahualcóyotl.
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SPM