Menores infractores

Sin titubeos

Según el organismo social “Tejiendo Redes Infancia”, en México hay por lo menos 30 mil niños y menores de 18 años que cooperan activamente con la delincuencia organizada en actividades que van desde la extorsión y el tráfico de personas hasta la piratería y el trasiego de drogas.

En Toluca, recientemente se hizo viral el caso de un menor de 8 años que se dedicaba a asaltar y robar a transeúntes en los alrededores del Mercado 16 de Septiembre. Se dirá que es un caso aislado que no representa mayor problema para la población, pero es un tema que no debe ser olvidado, ni archivado administrativamente, por el contrario, debe ser estudiado y analizado por las autoridades pertinentes para entender las causas y combatirlas desde su origen para evitar que surjan más casos similares.

El estudio Violencia Armada y Afectaciones a la Niñez y la Adolescencia, realizado por “Tejiendo redes Infancia”, expone que los grupos delictivos que hacen presencia en las zonas más pobres representan un riesgo para los niños y adolescentes, ya que por su condición son vulnerables a ser reclutados y empleados para el trabajo criminal.

Según investigaciones del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia de Toluca, el niño delincuente que actuaba en las inmediaciones del Mercado 16 de Septiembre, lo hacía bajo amenazas de un hombre adulto.

El menor dijo a las autoridades de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes que cometía los delitos bajo amenazas de ser golpeado por un hombre adulto, por lo que se determinó iniciar una carpeta de investigación. Luego de buscar dentro de su círculo familiar, personal del DIF estatal encontró viable que la abuela materna se quede a cargo del menor.

Tejiendo Redes asegura que el reclutamiento es una práctica común tanto por parte de adultos o delincuentes, como por grupos de autodefensa. Expone que en México, los derechos humanos son violados constantemente aun cuando el país ha ratificado varios tratados internacionales de derechos humanos y cuenta con una legislación interna garante.

La organización social resalta el hecho de que existe indiferencia de la sociedad frente al crimen, por lo que en muchos casos se percibe a las víctimas de la violencia como los responsables de su propia condición.

Derivado de un reporte de vulneración de derechos, presentado por la Policía de Género de Toluca, el menor delincuente fue trasladado al DIF Toluca en compañía de su madre. A la abuela del niño se le aplicaron 3 valoraciones proyectivas y 2 estandarizadas en materia de psicología y valoración de trabajo social, mismas que sustentan la determinación de reintegrar al niño con ella, bajo un convenio de buenos cuidados.

Tejiendo Redes aclara en su estudio que las niñas, niños y adolescentes no se vinculan a los grupos delincuenciales o cometen delitos por propia voluntad, en ningún caso en el reclutamiento media la voluntad de ellos. Es un acto de fuerza, como sucedió con el niño toluqueño, facilitado por la vulnerabilidad social y económica de los afectados.

El pequeño asaltante toluqueño vivía en un entorno de drogadicción y violencia familiar, por lo que fácilmente fue inducido a la delincuencia aun cuando no tuviera cabal conciencia de que sus hechos eran constitutivos de un delito.

El DIF estatal y el municipal darán seguimiento respectivo al caso con psicología y trabajo social, siempre bajo el interés superior del menor y con la intención de no vulnerar su derecho a vivir en familia.

Paralelo a esto, las autoridades municipales y estatales deben aumentar la vigilancia para combatir el narcomenudeo y evitar que aparezcan más casos como este.

TAR