Migrantes realizan viacrucis en la frontera de México y EU
En una ciudad donde convergen culturas de 73 países y donde transitan personas de más de 140 naciones, el eco de la esperanza resonó con un viacrucis en la frontera.
Organizado por las organizaciones de apoyo a migrantes, este evento recorrió las calles cercanas a la línea fronteriza, uniendo a personas de diversos orígenes en un mismo sentir: el anhelo de una vida mejor.
Fue organizado por varios colectivos
Voluntarios y religiosos del Desayunador Salesianos Padre Chava encabezaron la procesión, cargando una cruz simbólica adornada con los nombres, peticiones y dibujos de los niños migrantes que viven en los albergues de la ciudad.
A lo largo de varios kilómetros, desde la Avenida Melchor Ocampo hasta la Plaza Viva Tijuana, frente al cruce fronterizo de El Chaparral, la cruz se convirtió en un estandarte de las dificultades y sueños compartidos.
Sin atuendos especiales, con la simpleza de lo que la vida les ha dejado, hombres, mujeres y niños caminaron y rezaron con fervor.
Cada paso era una súplica por un futuro más próspero, una súplica por el fin de las injusticias.
Y un llamado a la acción para construir un mundo más compasivo.
En este Viacrucis, la pasión de Cristo se mezcló con la pasión de miles de migrantes que buscan un nuevo comienzo.
Sus rostros reflejaban la dureza del camino recorrido, pero también la esperanza inquebrantable de alcanzar su destino.
El Viacrucis en la frontera no solo fue un acto religioso
Sino un grito de esperanza que resonó en la frontera.
Un grito que exige un cambio, un grito que pide ser escuchado, un grito que nos recuerda que todos somos parte de la misma humanidad.