¿Nos sentimos seguros?
Se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana correspondiente al segundo trimestre del presente año, la cual se aplica en 91 ciudades del país y el 59.4 por ciento consideró inseguro vivir en su ciudad; en el mismo periodo de hace un año el indicador fue del 62.3 por ciento, por lo que se registra una ligera mejoría en la percepción.
Las mujeres se sienten más inseguras que los hombres y los lugares en donde la población mayor de 18 años de esas ciudades se siente más insegura son los cajeros automáticos, en la vía pública, el transporte público, en la carretera y en el Banco.
La mala noticia es que en el top de ciudades en donde la población afirma sentirse más insegura se encuentra un municipio mexiquense: Naucalpan de Juárez.
Solamente es superada por Fresnillo en Zacatecas en donde el 94.7 por ciento lo consideró inseguro; en Naucalpan es el 89.2 por ciento; le sigue Uruapan, Michoacán con 86.8 por ciento; Irapuato, Guanajuato con 84.8 por ciento; Tapachula, Chiapas y Zacatecas, con 84.7 en ambas.
Por lo que corresponde al Estado de México la encuesta se aplica en ocho ciudades o áreas urbanas: Toluca, Ecatepec de Morelos, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli, Atizapán de Zaragoza y Chimalhuacán.
Excepto Naucalpan, en seis más se registra una ligera mejoría en cuanto a la percepción de inseguridad si se comparan los resultados del segundo trimestre con los del primer trimestre del presente año. Mención aparte merece Nezahualcóyotl en donde fue más significativa esa mejoría al pasar de 69.2 a 61.1 por ciento.
Cuando hablamos de temas de inseguridad debemos de tener presente que el problema no es nuevo, la crisis de inseguridad comenzó a tomar otra dimensión en nuestro país a partir de mediados de la década de los años noventa.
La falta de equipamiento, profesionalización, capacitación, pero, sobre todo, coordinación entre corporaciones fueron factores que agravaron el problema y no lograron contenerlo en esos momentos.
Y fue en las corporaciones municipales de seguridad en donde más se resintió la carencia de esos elementos para prevenir y en su caso combatir a la delincuencia. A principios de esa década había direcciones de seguridad pública municipal, principalmente en zonas rurales al norte de la entidad mexiquense, que solamente tenían dos elementos, dos armas de fuego y una patrulla, eso era todo.
A partir de esos momentos la dimensión fue otra en el tema de inseguridad.
En el texto “Crisis de Seguridad y Derechos Humanos en México” de Elena Azaola, publicado en “La Crisis de Seguridad y Violencia en México”, colección México, CIESAS, se señala que en el periodo entre 2003 y 2013 los crímenes de la delincuencia organizada (extorsión, secuestro y delitos contra la salud) se incrementaron en un 73 por ciento; mientras que el tráfico de armas se triplicó y el 90 por ciento de las extorsiones no fueron denunciadas.
Por ello, los esfuerzos que en materia de seguridad realice el próximo gobierno federal deberán contar con la coordinación plena con entidades federativas y municipios para dar un viraje diferente a esa espiral.
@periodistamex