Primero el 23 y luego el 24
Diálogo en silencio
En las últimas semanas el Partido Revolucionario Institucional y su dirigente nacional han estado en el centro de la polémica; ya sea por audios que se filtran en donde queda mal parado por lo que ahí escuchamos; por diferendos con ex presidentes y cuadros destacados de ese partido que exigen meter a este instituto político en otra dinámica o por intentar colocar en la agenda temas polémicos como lo es armar a las familias mexicanas.
Si bien estos hechos le dan visibilidad en la opinión pública, no necesariamente generan aceptación, por el contrario, pareciera que están metidos en una espiral interna de desgaste que los llevará a perder más posiciones.
Y no hay que perder de vista que antes de 2024, está el 2023 en los estados de México y Coahuila en donde se realizarán elecciones para gobernador o gobernadora y son las últimas gubernaturas que le quedan al tricolor.
La lógica lleva a pensar que las baterías y los focos de atención deberían estar en el diseño y aplicación de estrategias para competir decorosamente en esas plazas y obtener resultados favorables, ya sea solo o en el alianza, ésta última la opción que parece ser más viable para ganar.
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Pero los priístas observan con azoro propuestas como las que hace un par de días hizo Alejandro Moreno Cárdenas en el sentido de impulsar una modificación a la Ley de Armas de Fuego y Explosivos para que la gente pueda tener acceso a las armas, con la finalidad de defender sus vidas y sus casas.
Seguramente le quieren apostar a evidenciar un estado fallido en temas de seguridad, la pregunta que se deberían hacer es si esa narrativa realmente conecta con los ciudadanos o genera confusión y un eventual rechazo. O preguntarse si el ciudadano de pie hace suyas esas causas.
No se sabe si les alcanzará para lograr lo que Jesús Reyes Heroles decía en el sentido de “entusiasmar a los convencidos, persuadir a los dudosos o combatir a los adversarios, sin subestimarlos ni sobreestimarlos”.
Eso se suma al diferendo público que hay entre el dirigente nacional y cuadros de peso en ese partido como el senador Miguel Ángel Osorio Chong, viejo conocido del priísmo estatal cuando fue delegado del Comité Ejecutivo Nacional en tierras mexiquenses.
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Al respecto, cuánta falta hace que los priístas recuperen del archivo histórico el discurso que pronunció Jesús Reyes Heroles el viernes 18 de abril de 1975 como presidente del CEN del PRI, en la Asamblea Extraordinaria del Comité Directivo del Partido en el Distrito Federal, en donde expresó: “Las distintas corrientes que se dan dentro del partido tienen que expresarse, tienen que dar lugar a grandes discusiones y tienen que ser firme base para la unidad en la acción”.
Y sobre el papel de los dirigentes, dijo: “tenemos que abstenernos de opinar sobre las personas; por ser dirigentes estamos obligados a oír las opiniones de nuestros militantes, de todos los integrantes del partido; es nuestro deber escucharlos con atención, valorar sus opiniones, cuantificar y evaluar las distintas corrientes”.
Nos queda claro que los priístas deben hacer un profundo ejercicio de autocrítica y de la reflexión pasar a la acción si no quieren ser borrados del mapa territorial en uno de sus bastiones históricos, como lo es el Estado de México.