Prohibir la venta de “comida chatarra” en escuelas de nivel superior es una medida que carece de un análisis profundo, consciente y multidisciplinario, que difícilmente acabará con los problemas de obesidad y diabetes del país, “no se trata de convertir a las escuelas en niñeras de los jóvenes”, se debe trabajar en los hogares para adoptar hábitos saludables de alimentación, aunado a una regulación de precios en las cafeterías y una promoción efectiva de la actividad física, consideró el antropólogo social, Mauricio García Sandoval.
Para García Sandoval la prohibición de “comida chatarra” en las escuelas del país es una medida que debió pensarse mejor, no se trata de vetar de tajo, además existe mucha confusión de lo que es y no un alimento poco sano, pues se está eliminando la venta de algunos productos y otros son tolerados.
Prohibir comida chatarra no es la solución
Definitivamente prohibir cierto tipo de alimentos en las universidades no es la solución para un problema de salud pública, consideró, para ello hay que trabajar en la reeducación vinculada a la forma de alimentarnos, en este sentido señaló que muchas familias ya no preparan los alimentos en casa, compran comida rápida a través de plataformas digitales y eso le están enseñando a sus hijos.
Indicó que la medida que se aplica desde el pasado 29 de marzo en todo el país tiene muchos huecos, ya que sólo se centra en prohibir la venta de “comida chatarra” y no el consumo, “los jóvenes pueden ir a cualquier tienda y comprar galletas, papas, dulces, meterlos a la mochila y consumirlos hasta en el salón de clases, entonces de nada sirven estas normas”.
Reeducación alimentaria
Una prohibición no acabará con el problema de obesidad o diabetes, sobre todo en universidades, en donde los estudiantes son adultos que tienen la libertad de decidir qué comer o no, mejor hay que promover el ejercicio, dotar a las escuelas de instalaciones adecuadas para que los estudiantes realicen actividades físicas, que se incremente en número de parques, recalcó.
García Sandoval subrayó que a “Vida Saludable en las Escuelas” se le olvidó proponer algunas alternativas, entre ellas promover a la gastronomía mexicana que está considerada como patrimonio mundial y que ofrece alimentos económicos y con alto valor nutricional, “eso daría mejores resultados, los estudiantes consumirían alimentos nutritivos pero al alcance de sus bolsillos, si no tengo opciones y me dan caro en un espacio, tengo que recurrir a la “comida chatarra” que aparentemente es más barata”.
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TAR