¿Qué es la gobernabilidad?

Con singular alegría

El espíritu no se gana, se merece. Todo valor empieza con la vida, la justicia, el bien, la verdad y la belleza, de donde se desprenden todos los demás.  Honradez y dignidad; prestigio y libertad; tolerancia y sabiduría; amor y espiritualidad; identidad y solidaridad; justicia y humildad; templanza y prudencia; honor y conciencia. Algo cercano a Dios, como sus frutos: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe y misericordia.

Pero si conjugo esto que he aprendido, me puedo interesar más en mi país al que amo tanto, y por supuesto, a sus gobernados, gobernantes y gobierno. Y entro pues al meollo del asunto. 

Pienso que la seguridad nacional, la información clasificada, el manejo de grupos para tener y conformar el orden y el estado de derecho, así como el funcionamiento de la política pública de nuestro Estado, hacen la necesidad de tener al frente dignos administradores públicos de carrera, no a empleados que vayan aprendiendo con la práctica, y que sean meramente designados por compadrazgos vanos. La crisis por la que vive el país es el agotamiento de un conjunto de modo de vida. De un conjunto gubernamental. También es el anuncio de que está emergiendo uno nuevo. 

Todo da vueltas en la vida; el que se tenga un lugar de orden que debe ser estrictamente político, no lo hace serlo. Si un administrador público no entiende políticas públicas, ni gerencia pública, ni percibe la crisis por la que vive el país, no entenderá cómo resolverlo. 

No entiende que, en este momento, el llamado estado administrador o administrativo da muestras de deterioro en esta nación.  De esto, no entiende nada. Si en realidad queremos salir adelante, necesitamos una gran toma de conciencia de lo que ocurre en nuestro país. No todas las intervenciones del Estado en la sociedad y la economía son funcionales y la capacidad de respuesta para atender problemas públicos por parte del Estado Administrativo empieza a rezagarse. Y eso él debería saberlo. Estar enterado. Saber entonces, cómo solucionarlo.

El llamado estado administrador o administrativo da muestras de deterioro en esta nación, de nuevo digo. Si en realidad queremos salir adelante, necesitamos una gran toma de conciencia de lo que ocurre en nuestro país. No todas las intervenciones del Estado en la sociedad y la economía son funcionales. La capacidad de respuesta para atender problemas públicos por parte del Estado Administrativo empieza a rezagarse. No se saben las consecuencias que un mal manejo político puedan suscitar. Y en este sentido, el voto de castigo es lo de menos.  Esto no es un juego. No se puede poner a alguien que no entiende de política en un lugar para ver si la hace

Y con esto se encaminan las Políticas Públicas y la Gestión Pública: a que los funcionarios tengan una mejor preparación. Esto significa establecer conceptos como administración por resultados -no por objetivos- con gente perfectamente adiestrada en cada uno de los campos. Y por supuesto con valores. Que de eso no se habla para nada.

En este sentido, yo quisiera preguntarles a los servidores públicos, ¿qué hacen de funcionarios políticos en áreas de lo más complicadas como la administración pública?: En serio, que cada vez que los veo dando declaraciones o robando espacio para salir en televisión, cosas que les salen de lo más bien, también quisiera preguntarles si tienen conciencia de lo que están haciendo. Algo de lo que valor significa, o de política, o de Administración Pública, o de Gerencia Pública.

¿Sabrán ellos lo que significa gobernabilidad? 

¿Lo que significa globalidad? Deberíamos informarles que se pregona que el Estado de la globalidad no debe ser tan obeso, tan centralizado, tan abrumador en términos de la centralización de la economía. Sino que, los estados en la globalidad deben ser más ágiles, con menos peso y menos tamaño. ¿Lo sabrán ellos?

¿Sabrán cómo empezar a corregir la Administración Pública? Punto clave donde la Administración es afectada; es que se le asocia con prácticas de desprestigio. Se empieza a formar el movimiento de la nueva gestión pública; dándosele este nombre para no asociarla con la Administración Pública desprestigiada. Porque desprestigiarla, lo hacen ellos a diario.

¿Qué significa el ciudadano en la gestión pública? Para los seguidores de la nueva gestión pública el ciudadano es cliente, contribuyente, usuario y elector. Entendamos que necesitan formar grupos de trabajo, como lo han hecho ya politólogos, economistas, sociólogos y los mismos administradores públicos, para entender que: La Administración Pública es rescatable desde el punto de vista de los procesos de Gestión.

La Gerencia Pública generó buena cantidad de expectativas de calidad de vida, pero se perdió de vista que los recursos del Estado son escasos, frente a las demandas múltiples, estos son problemas estructurales, no coyunturales. 

Hay que comentar que la sencillez y humildad que ellos no tienen, hacen que gente de la altura y dignidad de un político y administrador público que sea su jefe, que sea líder, que se roza con la gente más necesitada y que trabaja de sol a sol, esté empañando su gobierno. Ellos necesitan gente de su altura, de su categoría. Por eso el pueblo los ha escogido como líderes.

Odio y resentimiento no son un común denominador que hagan triunfar a un ser humano. Mejor quiero recomendarles a estos seudo políticos a que asistan de vez en cuando al INAP, escuela de excelencia, a tomar clases de entendimiento del Estado mexicano. Y por supuesto, de valores. A mí me cambiaron la vida. No veo por qué a ellos no.

Pero por supuesto que esto sólo lo sabe un administrador público, experto en políticas públicas, en gerencia pública, en identidad estatal, en amor a su pueblo, y en humildad. Como cuando valorar debe ser su significado.

gildamh@hotmail.com

TAR