Recortes, reajustes y eficiencia institucional

El pasado 21 de diciembre se publicó, en este medio, que la legislatura mexiquense aprobó un presupuesto de casi 3, 167 millones de pesos al IEEM, para 2024. Esto quiere decir que solo sufrió un recorte de 375 millones de pesos (y no los 778 millones inicialmente propuestos por la Secretaría de Finanzas).

Finalmente, los intereses de los partidos representados en el Congreso local se impusieron a la decisión del gobierno estatal. Los 3, 541 millones solicitados por el consejo general fueron recortados en menos del 11 por ciento, porque los partidos saben que buena parte de sus ingresos, además de sus cuantiosas prerrogativas, dependen de ese presupuesto.

Con palabras confusas, la consejera Karina Vaquera anunció que en las primeras semanas de enero se llevará a cabo una reorganización de sus actividades ordinarias (ella dijo reestructuración). Además, expresó que el IEEM tiene la gran responsabilidad de hacer un reajuste presupuestal (no institucional, como ella dijo). También afirmó que están listos para llevar a cabo las modificaciones en la materia, dando prioridad a la eficiencia y la austeridad, esa sí, institucional.

La verdad es que el recorte es mínimo, si se le compara con la mayoría de los 32 Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) del país. Según un estudio hecho por el INE, a principios de 2023, 25 de ellos tenían graves problemas financieros.

Tres habían sufrido recortes de más del 70 por ciento: San Luis Potosí, Colima y Nayarit. Otros, como Morelos, han sufrido desde 2014 una especie de sequía presupuestal. E incluso algunos que antes contaban con suficientes recursos, como el de la CDMX, recientemente han vivido penurias económicas, por las políticas de austeridad del gobierno local.

El presupuesto aprobado para el IEEM es suficiente para realizar holgadamente todas las actividades comiciales de 2024. La cantidad no debe ser vista como una limitante para incumplir alguna de ellas. Basta con eliminar algunos de los muchos gastos onerosos, que abundan en ese órgano electoral, para que el dinero alcance y se organicen las elecciones de forma eficiente. Pero eso requiere voluntad real de quienes integran su consejo general, para organizar elecciones austeras y no solo para hacer declaraciones.

Los gastos onerosos son numerosos. Algunos de los que deben reducir o eliminar son: bonos extraordinarios, vehículos de lujo, gastos de representación de integrantes del consejo general y directivos, dotación de gasolina, telefonía celular, alimentos “chatarra” en sesiones, agua embotellada (para evitar basura), publicidad institucional, renta de vehículos y oficinas costosas, contratación excesiva de personal (que en ocasiones solo ha servido para que algunos directivos les cobren “comisiones” a cambio del empleo (que cubren a medias), entre otros gastos.

Por las razones anteriores, el IEEM no pasará ningún apuro económico, ni tendrá que demostrar que puede organizar comicios con poco presupuesto. Es más que suficiente para que en 2024 haga elecciones realmente íntegras. Si es el OPLE con más recursos económicos en todo el país, la obligación de quienes integran su consejo general es convertirlo en los hechos, no en los discursos, en el mejor de toda la república.

Tienen que sacarlo del vergonzoso lugar que ha obtenido en las mediciones aquí descritas (11 o 17, según FLACSO) ¿Es mucho pedir en la entidad donde la ciudadanía sostiene al órgano electoral más caro del país, incluido el INE?.

DB