El proceso de selección de la nueva presidenta del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) ha entrado en la recta final. Una vez que se han conocido los nombres de las aspirantes que obtuvieron calificación idónea, la lista ha quedado reducida a nueve abogadas y una ingeniera con doctorado en administración pública, lo cual revela el dominio de la primera profesión en este tipo de concursos.
Además, todas han tenido algún tipo de experiencia electoral: siete en el IEEM y tres en el Instituto Nacional Electoral (INE), lo cual refleja el grado de especialización que requiere este tipo de concursos. Por esos antecedentes, la mayoría también aparece como cercana al Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien tradicionalmente ha dominado los procesos de selección, primero a través de la legislatura estatal y ahora a través de algunos consejeros generales del INE.
A partir de ahora se entra a la etapa más subjetiva del proceso: la valoración curricular y la entrevista. Una revisión del “Dictamen por el que se verifica el cumplimiento de las etapas correspondientes al proceso de selección y designación y se analiza la idoneidad de las personas aspirantes propuestas al consejo general para ser designadas como consejeras electorales del IEEM”, así lo revela (https://bit.ly/2PRsMGS).
Van algunos datos para apoyar esta afirmación. Mientras que en 2020 la consejera Norma de la Cruz le asignó 67.5 puntos a Patricia Lozano, la consejera Adriana Favela le puso a su ex asesora una calificación perfecta de 100, incluso en actividades cívicas y sociales que dos evaluadores calificaron con cero. Otro ejemplo: mientras que la primera consejera le puso 72 puntos a Paula Melgarejo, la segunda le asignó 97.5. En otro grupo entrevistador, la consejera Dania Paola Ravel le puso 60 puntos a Karina Vaquera, mientras que el consejero Ucc-Kib Espadas le dio 97. ¿Por qué tanta disparidad en la calificaciones?
Alguien podría pensar que eso corresponde solo a la entrevista, pero no es así. Hay grandes disparidades también en la valoración curricular. Eso se puede apreciar en el documento mencionado, lo cual quiere decir que el INE no ha trabajado en criterios objetivos para medirla. Si no fuera así ¿cómo se explica que se asigne más puntaje a quien tiene licenciatura y no a quien posee maestría o doctorado? ¿Cómo explicar que se asigne más puntaje a quien se desempeña como asesora que a quien tiene un cargo de consejera local o un alto cargo en un tribunal electoral? Al parecer la respuesta está en las filias y fobias de los entrevistadores y en los intereses políticos detrás de ellos.
Por esta razón, en los próximos días se verá un incesante cabildeo para imponer a sus candidatas a la presidencia del IEEM, no solo entre los consejeros generales del INE, sino también con el PRI y Morena; el primero porque gobierna el estado y el segundo porque controla la legislatura y los municipios más importantes. Muy probablemente trabajará en ese sentido la consejera Adriana Favela, muy cercana al gobierno estatal desde sus tiempos de magistrada electoral, tal como lo hizo en 2020.
Por su parte, los dirigentes de Morena tratarán de que alguien confiable para ellos llegue a la presidencia del IEEM. Están conscientes de que su futuro político en este año y en 2023 depende mucho de esa decisión. ¿Tendrán la fuerza suficiente para evitar que otra vez el PRI imponga a su candidata a través de sus alfiles? El desenlace está muy cercano.
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