Rumbo a 2023

Faltan poco menos de dos años para que inicie el proceso electoral que culminará con la elección del próximo gobernador mexiquense, pero desde ahora las aguas empezaron a agitarse y enturbiarse.

Formalmente, debe iniciar en octubre de 2022, es decir, dentro de unos 16 meses. Ese es el lapso que tiene el gobernador Alfredo Del Mazo para consolidar a quien será su candidato a la gubernatura. Al momento, aunque hay algunos guiños que pueden indicarnos por dónde va la jugada, nada es claro aún.

Los buenos resultados de las recientes elecciones, en las que el partido del mandatario fue coaligado con PAN y PRD, obligan a pensar en mantener esa alianza hasta 2023 y buscar a un candidato que aglutine las voluntades de todos los actores participantes.

Eso será lo más complicado, pues en el caso de Acción Nacional Enrique Vargas del Villar lleva dos años trabajando por la gubernatura, posicionando su nombre con buen gobierno y aglutinando voluntades en torno a su persona. Aparecerá, seguro, en las boletas electorales, con o sin coalición, que mucho dependerá de los acuerdos, hasta para 2024.

Del lado del PRI, aunque hay figuras con evidente peso político, la conciliación será muy complicada porque los grupos no están unidos. Por eso comentamos que Del Mazo Maza tendrá 16 meses para consolidar la figura de quien será su candidato (a).

En la acera de enfrente, con Morena, quien no quita el dedo del renglón es el senador Higinio Martínez Miranda. Quiere ser candidato nuevamente porque sabe que si no en esta ocasión, sus aspiraciones de gobernar la entidad se esfumarán para siempre. Pareciera que las condiciones están puestas para él y para su partido si nos atenemos a su discurso.

Dice Higinio que, en el pasado proceso electoral, Morena se consolidó como la primera fuerza política de la entidad, al obtener más votos que cualquier otro partido. Sí es cierto, aunque es una verdad a medias.

Es real que gobernarán al mayor número de mexiquenses con una diferencia de poco más de cien mil votos con relación a los que serán gobernados por PAN o PRI; es real que tendrán 25 legisladores en el Congreso local y que podrían conseguir más de entre el Verde o Movimiento Ciudadano hasta llegar a los 28 necesarios para tener mayoría.

Lo que olvida el senador texcocano es que en las elecciones del 6 de junio su partido perdió un millón de votos, que si bien es cierto no se fueron a ningún otro partido, se trata de ciudadanos que castigaron, por lo que sea, a Morena y a sus candidatos.

Un millón de ciudadanos desencantados, quizá agraviados. Son muchos, considerando que sólo han pasado tres años de que le dieron su confianza a Morena.

Más que conseguir la gubernatura o cualquier otra posición, eso es lo que debiera motivar su trabajo inmediato, recuperar la confianza y el apoyo de ese millón de mexiquenses. Morena tiene que hacer una tarea de autocrítica para ver en qué se equivocaron o qué es lo que están haciendo mal, digo, si quieren mantener las posiciones que ahora tienen, incluida la presidencia de la República.

ASME