Enclavado entre los bosques de coníferas del Nevado de Toluca y rodeado por las majestuosas sierras de Temascaltepec y Valle de Bravo, el pueblo de San Francisco Oxtotilpan, la última comunidad matlatzinca del país, ha dado un paso histórico al inaugurar el Parque Ecoturístico Maatawi, un proyecto que combina la conservación ambiental con el rescate cultural y la generación de empleo local.
El parque ecoturístico además de promover los espacios naturales del Nevado de Toluca
Con la participación de los ejidatarios de la comunidad, el parque fue concebido como una alternativa para que los jóvenes y habitantes de la localidad encuentren oportunidades de trabajo sin necesidad de migrar.
“Se creó justamente el parque para que su gente y, sobre todo, los jóvenes tuvieran empleo y no salieran de la comunidad”, compartió uno de los impulsores del proyecto.
Más allá de ser un atractivo turístico, Maatawi representa un símbolo de identidad y resistencia cultural para los matlatzincas, un grupo indígena que, tras siglos de desintegración, ha quedado reducido a esta única comunidad.
“Fue como abrir las puertas a nuestra comunidad, a lo que hacemos nosotros. Porque no salíamos de aquí. Entonces, como que el parque nos ha abierto muchas puertas a muchas cosas”, comentó Sabina, una de las mujeres de la comunidad.
“Somos las matlatzincas y somos los únicos. Nos sentimos muy orgullosos de estar aquí en este pueblo que estamos en la gloria junto a los árboles y el agua, todo lo que es la naturaleza”, añadió.
El objetivo es mantener la identidad cultural matlzinca.
La comunidad hace un llamado a los visitantes a acercarse no solo a la belleza natural del lugar, sino también a su riqueza cultural.
“Invitamos a la gente a que conozca nuestra cultura y tradiciones. Como sabemos muy bien que somos la última comunidad matlatzinca que existe en todo el Estado de México y en el mundo”, expresó Carmen, una joven habitante.
El matlatzinca es una lengua y cultura en peligro, rodeada de comunidades nahuas y cercana a pueblos mazahuas y otomíes.
Esta comunidad lucha por mantener vivo su idioma y sus costumbres ancestrales. “Yo les digo a los jóvenes: ‘No les dé pena. Esto no es una vergüenza. Es una herencia que tenemos’. Me siento muy contenta y orgullosa de ser matlatzinca”, expresó Sabina.
Ubicado a tan solo 36 kilómetros de Toluca, Maatawi es una puerta abierta a un legado ancestral, al conocimiento de la tierra, al respeto por la naturaleza y al orgullo de un pueblo que se niega a desaparecer.
PAT
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