Se unen madre e hija para ayudar a alumnos por el regreso a clases
Con la intención de evitar un desgaste más profundo en los bolsillos de sus vecinos, en la miscelánea “La Perlita” donan útiles escolares
En medio de un local ataviado con dulces, perecederos y refrescos, resalta una pequeña cartulina que, aunque improvisada, deja en claro que en el lugar no sólo se compran abarrotes, también se ayuda a otros.
“Se regalan colores, lápices, gomas, etc” es la leyenda que indica que en el 110 de la calle Pedro Cortés, enclavada en el corazón del Barrio de Zopilocalco sur, los padres y madres de familia podrán encontrar lo que falta para el regreso a clases.
Ayudan a alumnos por el regreso a clases
Con una sonrisa tierna, doña Jose y Rebeca, madre e hija, vecinas de Toluca y dueñas de la Miscelánea “La Perlita” atienden a quienes llegan a pedir ayuda.
La voz se ha corrido de vecino en vecino y desde una semana antes del arranque del ciclo escolar, comenzaron a juntar los útiles que tenían en casa.
“Ésta es la primera vez que los regalamos, todo empezó porque tengo una hija de 15 años que ya no quiso seguir con la preparatoria, entonces me di cuenta de que en toda su vida escolar se me fueron quedando demasiados útiles, vi que tenía mucho y aunque había muchas cosas a la mitad, pues todavía estaban buenos. Ella me dijo que los tirara pero yo me puse a recolectarlos”, relató Rebeca mientras su madre la observaba con lágrimas a punto de caer.
Tan solo de colores de madera, la tendera logró junta una caja de aproximadamente 50 centímetros de largo, además de papel de todo tipo para manualidades, por lo que lo que tenía en buen estado, comenzó a regalárselo a sus clientes más jóvenes.
“Les decía que se los regalaba para que jugaran en su casa, lo usado todo lo regalé. Después me puse a escombrar todo lo bueno, como mi hija eligió una carrera técnica, me di cuenta que no lo iba a ocupar por eso le dije a mi mamá que lo iba a vender pero no lo hice y ella, doña José, me dijo que lo regalara, así que pusimos nuestro letrero”.
Una vida de altruismo
Doña Jose busca ayudar a otros cada que tiene una oportunidad.
Aunque con la pandemia de covid-19 y la crisis inflacionaria que ha significado pérdidas de hasta el 30% de las ganancias a pequeños negocios, de acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes, no había mucho para dar, el hecho de que su hija Rebeca encontrara los útiles, reconoció, la conmovió.
“Antes me daban una despensa y son cosas que aquí no se venden porque estamos a unas cuadras del Mercado 16 de Septiembre, entonces me iba al Santo Desierto (comunidad perteneciente al municipio de Tenancingo) y ahí me ponía a regalarlas, la genta ya sabía, ya me reconocía”, relató.
De trato afable, la tendera sonríe mientras relata que su madre le enseñó bien que “el que no vive para vivir, no sirve para vivir”, por ello, cuando tenía algo para compartir, lo hacía, pues su miscelánea le daba lo necesario para atender sus necesidades y las de su familia.
“Les llevaba sopa, arroz, frijoles, aceite… De la despensa que me daban, pues se las llevaba porque nosotros somos cuatro, con mis dos hijos, por eso se las llevábamos, nosotros no nos los íbamos a acabar y por eso contrataba a un señor que nos cobraba 300 pesos por ir y venir, era muy bonito porque nos agradecían con tortillas calientes y le daban mejor uso a las cosas que yo, que las tenía ahí guardadas. No tenía dinero y si lo hubiera tenido, les llevaba más”.
Pero la situación se complicó y desde 2020 poco había para donar a otros, a quienes consideraba necesitaban más que ella, por ello, el hecho de que hija regalara libretas, colores, lápices, entre otros artículos escolares, la hizo sentir orgullosa.
Zona de necesidades
Aunque Zopilocalco Sur está enclavado en la zona urbana de Toluca, los índices de pobreza son altos en la demarcación.
De acuerdo con las Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEB) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el primer cuadro de la capital mexiquense hay un rango de pobreza entre el 34 y el 50 por ciento de la población, con uno de cada diez habitantes con precariedad educativa y con dos de cada diez sin acceso a servicios de salud.
Es por ello que tan pronto como se dio a conocer que en “La Perlita” se donaban útiles, la gente comenzó a llegar.
“Se iban muy contentos los niños, los papás también, ahorita uno piensa que un lápiz no representa mucho pero para quienes no tienen, es un gasto menos, por eso no queremos que la campaña se acabe”, comentó Rebeca.
Aunque el sábado pasado terminaron de regalar lo que juntaron de los años escolares de la nieta de Doña José, hizo la invitación a que otras familias se sumen a su campaña para apoyar a estudiantes de cualquier edad, pues si bien quienes más se han acercado son los infantes que cursan la educación básica, sabe que también los de la media superior y superior pasan por “aprietos” económicos.
SPM