Temoaya, una joya mexiquense
El municipio cuenta con el Centro Ceremonial y criaderos de truchas
Ubicado a 35 kilómetros de Toluca, Temoaya colinda al norte con Jiquipilco, al noreste con Isidro Fabela y Nicolás Romero, al noroeste con Ixtlahuaca, al sur con Toluca, al sureste con Otzolotepec y al oeste con Almoloya de Juárez.
Considerado como municipio con vocación turística, Temoaya se ha convertido en uno de los más visitados por su riqueza cultural que resguarda en el Centro Ceremonial Otomí.
Este recinto comprende una superficie de aproximadamente 45 hectáreas de construcción y 80 hectáreas de bosque, en el que predominan los pinos y los encinos, también vive ahí una gran variedad de fauna, como el venado cola blanca y borregos.
Temoaya es un municipio con vocación turística
Quienes diseñaron y construyeron el Centro Ceremonial Otomí se inspiraron en los elementos característicos de la arquitectura prehispánica del centro de México, elementos como grandes escalinatas, taludes y plazas, a los cuales se sumó la expresión plástica contemporánea con diversas esculturas de grandes dimensiones que evocan cierto misticismo.
Además, es un referente en el ámbito deportivo, ya que a él acuden deportistas nacionales y extranjeros para realizar entrenamientos de altura.
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Los visitantes pueden conectar con la naturaleza en el Parque ecoturístico Llano del Rayo.
Reserva que ofrece un escenario natural que invita a disfrutar de la aventura con actividades como ciclismo de montaña, rapel, senderismo o cabalgatas.
También ofrece tirolesa y la experiencia de pescar truchas.
Quienes disfrutan del turismo religioso pueden admirar el Santuario de Santiago Apóstol, construido en 1592 por la orden franciscana. Fue hasta 1720 cuando recibió el rango de parroquia, arquitectónicamente destacan su atrio y su fachada en forma de biombo.
En su interior alberga una escultura de la representación clásica de Santiago Matamoros, un guerrero medieval a caballo, en actitud de combate. Esta pieza es única en su género en toda Latinoamérica, tanto por su antigüedad como por su tamaño colosal.
Se trata de una obra de arte otomí del siglo XVI, la escultura fue elaborada con pasta de caña de maíz y recubierta con papel engomado, con el fin de aligerar su peso para transportarla.
También se dedican a la producción de truchas
En la comunidad de San Pedro existe un criadero de truchas, donde las y los visitantes conocen el proceso de crianza.
Para completar esta experiencia, se puede degustar una trucha cocinada de diferentes formas y acompañada con tradicionales productos de la milpa.
Los tapetes anudados a mano son ícono artesanal de Temoaya, ya que la elaboración de estas piezas ha pasado de generación en generación entre las familias de artesanas y artesanos, en los que plasman valores, creencias y tradiciones.
SPM