Titanic o Titán…
Con singular alegría
Algo que me tiene más atónita que estupefacta, es la explosión dentro del mar, del mini submarino Titán al que ya encontró la guardia de los Estados Unidos de América. Lo anunció el día 22 de junio a las 8:55 de la mañana. Triste situación si se piensa en qué condiciones murieron estos seres humanos.
La verdad, a veces le jugamos a ser Dioses y a abarcar más allá de lo que la naturaleza nos permite. Cómo se nos ocurre que podamos violentar todas las reglas de la naturaleza, para permitirnos, siquiera pensar, que es muy hermoso, bonito y primoroso, ser los primeros en poder sumergirnos mil metros mil, e irnos a ver qué quedó de un barco que hace cien años se hizo trizas, también por culpa de no detenernos a pensar que no somos Dios.
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O queremos ir a ver Marte, o a la Luna, o al Sol, y no nos conformamos con el gran regalo del universo, que es esta Tierra nuestra que no cuidamos, no amamos, no veneramos y nos importa un bledo. Entre más la devastemos, más contentos estamos. He allí las consecuencias…
Y allí vamos, poco a poco, hasta que algo falla… somos seres humanos quienes hacemos también el sumergible, y jamás vamos a saber con certeza qué fue lo que estuvo mal. Pero estuvo, y la angustia por la que habrán pasado estos hombres, que, aunque hubieran tenido todo el oro del mundo para pagar un boleto para hacer el viaje, jamás imaginaron que lo pagarían con su vida. Con el último deseo de su vida.
Allí quedaron. Allí mero: a quinientos metros de ese Titanic que querían ver, analizar, escudriñar, escanear, palpar y aprisionar en su alma, mente y espíritu para siempre. Y tal parece que el famosísimo trasatlántico no quiso que nadie supiera sus secretos. El está allí, como en la película que nos regalaron, haciendo alarde de todavía sus recuerdos, sus tristezas, sus emociones y su muerte.
El Titanic volvió a succionar para su gloria, a cinco almas más que se atrevieron a desafiarlo. Abrazó a estos hermosos seres humanos que, en medio del océano, son polvo de arena en las playas de la vida: nada, solo un mini brillo lejos a la distancia.
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Y solo un boletín de prensa como legado: Lamentablemente, dice, ningún tripulante sobrevivió. El Titán, un sumergible de la empresa Ocean-Drive, que hacía tours rumbo a los restos del Titanic, fue reportado como desaparecido, cuando hacía uno de sus transportes turísticos, con cinco pasajeros a bordo. La búsqueda, que mantuvo en vilo al pueblo americano, va llegando a su fin. Uno de los robots utilizados para la búsqueda, reportó que se encontraron escombros cerca de la proa del Titanic, algo que horas más tarde confirmó la Guardia Costera norteamericana.
Allí pues, en el fondo del océano, aproximadamente a 500 metros de la proa del Titanic quedaron. Allí juntitos todos, cerca de su último deseo en la vida. Y el gran Dios del Universo, se los cumplió.
gildamh@hotmail.com