Transporte público mexiquense: la hidra sin control

Nada describe mejor al desordenado crecimiento urbano del Estado de México que su transporte público; por décadas se ha construido un pulpo camionero cúmulo de los peores vicios de la administración pública y de los excesos de un mercado desregulado. Ahí cohabitan la corrupción que no tiene linderos entre empresarios, autoridades administrativas, y la connivencia con los agentes de tránsito y vialidad, esas malas prácticas generan desasosiego en la sociedad que de acuerdo a los datos del INEGI donde mayor inseguridad sienten es en su transporte público, ya sea porque son víctimas constantes de asaltos, porque no hay orden ni planeación en los horarios y rutas o porque ante la falta de empleo bien remunerados la precarización de sus conductores da para un capítulo por separado (2ª parte). No es exagerado decir que es el peor de los mundo posibles; sin una adecuada regulación sin modernización en el equipo, sin tecnología de punta, sin capacidad de interlocución entre los dueños y los usuarios y con una rampante corrupción entre las autoridades que han dejado crecer este fenómeno hasta la que ignominia, ahí tendrá Delfina Gómez y su equipo una de sus principales batallas en su próximo gobierno, transformar el transporte público como lo tiene la mayoría de los estados del país no será ni fácil, ni rápido pero indiscutiblemente es impostergable. 

Un tema que debe resolverse en la inmediatez es la creación de un censo que contemple la cantidad de concesionarias, contratos, unidades de transporte y número de transportistas y operadores. Actualmente ninguna de estas se encuentra disponible en ninguna de las páginas, hecho que cualquiera puede revisar directamente en la página de la Secretaría de Movilidad del Estado de México (https://edomex.gob.mx/movilidad_transporte). La siguiente es la falta de un monitoreo en tiempo real del sistema de transporte mexiquense, tal cual como sucede en la Ciudad de México que permite a los usuarios conocer las rutas, las líneas de transporte que se integran por el metro, metrobús, trolebús, rutas RTP, cable bus, omitiendo, claro los autobuses, combis y taxis colectivos. Sin un censo, sin rutas predeterminadas mediante un software en donde el usuario pueda saber qué ruta tomar y a qué hora abordar un autobús, como sucede en otras ciudades del país nuestro transporte y transportistas, resulta en un duelo a “salto de mate”. 

De acuerdo con el informe “vehículos de motor registrados en circulación del año 2021” publicado por el INEGI. Los datos y contradicciones saltan a la vista y algo no cuadra ahí: https://www.inegi.org.mx/programas/vehiculosmotor/

Fuente: elaboración propia a partir de los datos obtenidos en el informe: “vehículos de motor registrados en circulación del año 2021 1/”, realizado por el INEGI; 2021. 

Para nadie resulta sorpresivo describir que el transporte publico es uno de los peores calificados, por parte de los usuarios: la mala calidad de las unidades, los tiempos de recorrido, el costo del transporte público ($12.00 por recorrido mínimo), el doble comparado con el costo por recorrido mínimo en la Ciudad de México, o como en el caso de Querétaro, que ronda entre los $8.00 pesos para la Zona Metropolitana, y que cabe resaltar que mantienen un subsidio para estudiantes de escuelas públicas y privadas, adultos mayores y personas con discapacidad pagando la tarifa preferente más baja del país en únicamente $2.00 en su primer viaje y cero pesos en un transbordo; a nivel nacional la media ronda entre lo $9.00 pesos, siendo el mexiquense uno de los más caros, feos e inseguros, donde los asaltos tanto para el Valle de Toluca como para el Valle de México están a la orden del día. 

La próxima semana la precarización del transporte público.

TAR