Vacunas para niños
La pandemia mundial por el Covid 19 ha traído al mundo muchas dudas y pocas respuestas. En buena medida porque pese a que la historia ha mostrado que las enfermedades son cíclicas en la humanidad, el hombre no ha sabido o no ha querido anticiparse a estos eventos y terminan tomándolo “por sorpresa” una y otra vez.
Actualmente hay un reclamo en buena parte de la población que a primera vista parece legítimo: ¿cuándo se van a aprobar las vacunas para los niños? Cierto es que todos queremos proteger a nuestras familias, pero la pregunta de fondo es ¿cuál es la mejor manera para hacerlo?, es allí donde toma sentido una profunda reflexión.
Un artículo publicado por Sergio Flores Villar, médico adjunto del Área de Hospitalización Pediátrica del Hospital Universitario MutuaTerrassa, en Barcelona, España, muestra que el porcentaje de población mundial que ha estado en contacto con el virus SARS-CoV-2, medido a través de la seroprevalencia, ronda el 5.2 por ciento de la población, mientras que en la franja de edad que va de recién nacidos hasta los 19 años corresponde a un 1.56 por ciento.
Ahora bien, el referido artículo publicado en el sitio theconversation.com, revela también que en cuanto a la tasa de mortalidad por Covid 19 a nivel mundial, hasta ahora es de 2 mil 168 fallecidos por cada 100 mil infectados (2.1 por ciento), mientras que entre el nacimiento y 19 años de edad no llega ni al 0.08 por ciento.
¿Qué nos dicen estas cifras? De entrada que hay un mayor riesgo de morir si las personas mayores de 19 años se contagian de Covid 19, lo que deriva en que los niños resultan ser más fuertes contra el virus y es allí donde cabe la pertinencia de hacer la pregunta: ¿a estas alturas, de verdad vale la pena vacunar a los niños?
Y es que antes de contestar debemos de pensar en la evolución de la enfermedad. Por ejemplo, la variante Delta del virus resulta que es más potente y contagiosa y ¿cómo pudo mutar de esa manera el virus? La respuesta es simple: porque muta en los humanos que aún no están vacunados. Dicho lo anterior, los esfuerzos de la vacunación deberían ponerse en las latitudes o naciones que tienen muy bajos índices de vacunación y no, por ahora, en los niños.
Una vacunación homogénea a nivel mundial sería mucho más efectiva para el combate al virus que aplicar las inmunizaciones en niños. Sin embargo, actualmente hay países como Estados Unidos que aprobaron la vacunación en mayores de 12 años y miles de personas viajan a esas latitudes para vacunar a sus hijos sin verdaderamente hacer una reflexión de si realmente están protegiendo de forma efectiva a sus familias.
Y aquí un dato que resulta ser demoledor: de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, después del feriado 4 de julio pasado el 74 por ciento de las personas contagiadas en brote de Covid-19 con la variante Delta en Massachusetts, estaban vacunados. ¿De qué ha servido entonces la vacunación si el virus sigue mutando? ¿De qué sirven los esfuerzos por vacunar a niños, si el virus sigue fortaleciéndose en los no vacunados? ¿De verdad estamos protegiendo a nuestras familias llevando a vacunar a nuestros hijos a países que tienen acaparadas las inmunizaciones en lugar de repartirlas de forma homogénea por el mundo?
Bien valdría la pena que los organismos internacionales tomen el papel de guía en esta pandemia, pues en gran medida dependerá de ellos el futuro de la humanidad y no es broma, es un asunto que requiere toda la seriedad, pero sobre todo, que la población del mundo conozca realmente las consecuencias de sus actos y cómo contribuyen con sus acciones a un combate efectivo o al fracaso de la lucha contra la pandemia.
Por cierto, ¿usted ya se vacunó?, si no lo ha hecho y es mayor de edad, lo invito a que lo haga, por favor, ayúdenos a todos.
Twitter: @campudia