4T: El enemigo está en casa

La votación en el Senado, del pasado martes, para designar magistraturas electorales locales dejó al descubierto una verdad incómoda para el oficialismo: ya no controla a su mayoría. Con 72 votos a favor, 38 en contra y dos abstenciones, la propuesta de la Junta de Coordinación Política fracasó por no alcanzar la mayoría calificada. Pero más allá del resultado legislativo, el golpe fue político… y vino desde adentro.

No se trató de una emboscada de la oposición. El bloqueo, al parecer, se gestó en casa. En algún rincón del movimiento que dice representar el cambio, alguien operó para descarrilar una decisión clave en materia electoral. Y eso merece explicaciones.

La Cuarta Transformación ha sido sostenida por una mayoría legislativa que, en teoría, responde a un mismo proyecto. Pero lo ocurrido demuestra que los intereses particulares —las pugnas locales, las cuentas personales, las ambiciones de grupo— están comenzando a pesar más que el objetivo común. Y eso es grave.

¿Quién está detrás de esto? ¿Quién dio la instrucción de votar en contra o de ausentarse en silencio? ¿Quién se beneficia del vacío en los tribunales electorales regionales? Las preguntas están sobre la mesa. Y es momento de que quienes jugaron en contra del proyecto nacional den la cara. Que confiesen si están dispuestos a romper con la transformación solo para mantener cuotas, herencias o cotos de poder anejos. 

Lo que ocurrió en el Senado es una advertencia; el enemigo, esta vez, no estaba enfrente. Estaba adentro.

No se trató de una emboscada de la oposición, el bloqueo se gestó en casa y eso merece explicaciones.

PAT

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