#8M Oportunistas del movimiento feminista

La venganza y el lucro son las dos principales razones por las que mujeres han enviado a hombres a prisión, acusados de ejercer violencia física, psicológica, sexual o económica, sin aportar pruebas que demuestren su culpabilidad, sino que los jueces los sentenciaron sólo por señalamiento, bajo un criterio erróneo de perspectiva de género, acusaron abogadas y activistas quienes aseguran que hay mujeres que han sacado provecho personal del movimiento feminista.

En contraste, colectivos feministas consideraron que no existe punto de comparación entre el nivel de violencia e injusticia que padecen hombres y mujeres en México, donde sólo en 2024 se registraron 797 feminicidios, es decir, más de dos feminicidios al día, en promedio, a diferencia de las denuncias falsas, que según cifras oficiales, apenas representan 0.1% de denuncias totales por violencia de género.

Karina Escandón Camargo, presidenta de la asociación civil No más presos inocentes, asegura que de los 600 casos de encarcelamientos sin pruebas, casi 80% corresponden a delitos de género, en los cuales hombres fueron acusados por sus exparejas u otras mujeres como venganza o para sacar un beneficio económico.

“Hay mujeres que utilizan estas herramientas y las leyes en su favor para poder denunciar falsamente a los varones y las autoridades sí han sucumbido ante la presión social, y lo curioso de esto es que las denuncias reales no son atendidas, es decir, le dan prioridad a casos donde sólo hay señalamientos que hoy tiene en la cárcel a personas inocentes”, aseguró.

Indicó que existen colectivos que, al aprovechar el genuino movimiento feminista, sacan beneficios económicos frente a la actitud de las autoridades, que dan prioridad a las mujeres.

“Violentan la presunción de inocencia, destrozan instalaciones presionan a las autoridades para obtener sentencias favorables (…) como mujer y como profesional del Derecho no estoy en contra del feminismo ni de las feministas, estoy en contra de lo que hacen algunas mujeres pseudofeministas que toman este movimiento para poder abanderarse, lucrar y tener de rodillas a los hombres” aseveró la abogada.

Citó el caso de Adrián Velásquez, un profesor de 40 años de edad, padre de familia, acusado por su esposa de haber abusado sexualmente de su hija, de un año y diez meses de edad, quien según los peritajes no presentó muestras de la agresión, aún así el juez lo sentenció el pasado 17 de febrero a 15 años de prisión únicamente por el señalamiento de la madre de la menor.

El hombre permanece recluido desde hace varios meses en el penal de Huitzilzingo, en el municipio de Chalco, en espera de una apelación.

“Los jueces tienen miedo, aunque están conscientes de que hay carpetas de investigación fabricadas prefieren aventarle la pelotita a los jueces de segunda instancia o hasta a los federales”, añadió.

Injusticias masculinas

Arely Huerta Maqueda, fundadora de la Asociación Civil feminista Flores de Acero y y Elsa Arista del colectivo feminista Nos Queremos vivas en Neza se dijeron sorprendidas por la existencia de casos de hombre encarcelados únicamente por señalamientos de violencia, ya que para las miles de mujeres víctimas de violencia que han solicitado su apoyo y acompañamiento es sumamente difícil acceder a la justicia, desde iniciar una carpeta de investigación hasta enfrentar un proceso judicial.

“Nosotros lo que vemos cuando atendemos a víctimas es que es muy difícil siquiera que se les tome una denuncia, las tienen esperando cuatro, cinco horas; por otro lado, según las estadísticas nacionales, las denuncias falsas solo representan 0.1% de todas las denuncias que se hacen diariamente”.

“Tenemos estadísticas de que cada 20 minutos se está cometiendo una violación en contra de una mujer y más del 95% de las víctimas de violencia siguen siendo mujeres y entre 80% y 90% los agresores son hombres, entonces cuando tenemos este auge de la nueva ola feminista vemos que hay muchísimos grupos que se dedican exclusivamente a querer desestimar el movimiento colectivo”, afirmó.

Consideró lamentable y grave que se presenten casos de hombres encarcelados por acusaciones falsas, dijo que estos casos se utilizan para descalificar un movimiento de mujeres que están queriendo sobrevivir y hacer que se respeten sus derechos humanos.

“Estas denuncias falsas no suelen hacerse mucho porque el proceso que deben de llevar las víctimas o las personas que van a levantar una denuncia es cansado, y todo el proceso mental, de pérdida de tiempo y de recursos no es tan sencillo como para estar levantando denuncias falsas”, opinó.

Descartó que las acciones en que incurren algunas mujeres para vengarse de hombres, para lucrar o sacar algún provecho personal afecte al movimiento feminista, reconoció que tienen un efecto en la opinión pública al hacerse mediáticos como en los casos de tres videos de mujeres que fingieron ser agredidas en taxis de alquiler y que se hicieron virales, los cuales sólo generaron morbo pretendieron manipular a la población.

“El movimiento feminista va mucho más allá que estos casos y de lo que podamos llegar a ver en redes sociales (…) hay que creerles y resguardar a las mujeres, aunque sucedan estos casos que se hacen virales hay que tener esa perspectiva de que siempre hay que creerles a las mujeres no importa en cualquier circunstancia porque hasta que no se haga uun ainvestigación real no podemos decir si es una denuncia falsa o no”, aseguró.

Añadió que, por lo general, los agresores siempre negarán las acusaciones, desestimarán a las víctimas calificándolas de locas, exageradas e incluso, culpándolas o revictimizándolas.

Falso empoderamiento

En contraparte, Leticia Fernández, abogada y Presidenta de la Fundación “Mujeres Construyendo” advirtió: 

“Dado el empoderamiento y la exorbitante intención del estado de dar protección, que está justificada, la justicia no llega realmente a las mujeres que son violentadas abusadas sexualmente, pero sí se está utilizando por un cierto número de mujeres que usan como arma este tipo de beneficios como venganza contra un hombre”, indicó.

“Desafortunadamente el sistema judicial está condenando a hombre inocentes, tenemos en las cárceles a hombres acusados de delitos de género, y aunque tengan las pruebas de su inocencia, no hay forma de evitar que los jueces los condenen por un simple señalamiento de una mujer”, expuso. 

Puso como ejemplo el caso de Alan, hombre de 63 años, vecino de Cuautitlán México, quien  vive con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) desde hace 20 años, él fue acusado por una mujer de forzarla a practicarle sexo oral durante 20 minutos.

Según el expediente clínico, la condición del acusado le redujo niveles de estrógeno, le hizo perder la líbido y desde hace dos años le extirparon un testículo, lo cual le provocó infertilidad y disfunción eréctil, aunado a ello la supuesta víctima no presentó indicios de abuso sexual, pero todo ello fue insuficiente pues el juez, asegura la abogada, argumentó: “le tengo que creer porque es mujer”.

Como este caso, Leticia Fernández ha asesorado a otros diez, de ellos ocho de los indiciados han sido condenados y solo en dos casos ha logrado sentencias absolutorias.

Para la penalista es urgente que dentro de las fiscalías incorporen suficientes peritos en psicología del testimonio, pues esa labor es clave para someter a un filtro confiable las denuncias y se detecten los falsos testimonios que le destruyen la vida a hombres que también son seres humanos igual que las mujeres.

“Estamos tergiversando el concepto de perspectiva de género, pues no se trata de darle la razón a una mujer per se, sino que debe haber igualdad de condiciones jurídicas tanto para hombres como para mujeres”, reiteró la presidenta de No más Presos Inocentes, Karina Escandón.

Garantías equitativas 

Mientras que para Arely Huerta de Flores de Acero es necesario garantizar la justicia a mujeres y hombres, aunque insistió en que es abismal la diferencia entre hombre y mujeres pues las mujeres siguen en desventaja en una país donde prevalece de manera aplastante el feminicidio, la desaparición, la trata de personas, el abuso sexual, psicológico, económico en agravio de las mujeres.

“Es parte de la responsabilidad jurídica que tienen las instituciones y el gobierno para el acceso a la justicia, si las denuncias proceden o no, es parte del mismo sistema de justicia que tienen también las mujeres, se requiere una perspectiva humanista para garantizar la justicia a ambos géneros”, concluyó.

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TAR