¿A ver si lo entienden los otros?
Alcaldes y gobernadores
Por Gustavo Rentería*
Cuando inició el sexenio morenista el titular de Ejecutivo estiró la liga en sus constantes giras: sus seguidores abucheaban a los gobernadores del PRI y del PAN.
En algunas contadas ocasiones, tomó el micrófono, y solicitó que se calmaran sus huestes; pero en la mayoría de las veces dejó que sus grupos opacaran a los mandatarios estatales de oposición.
Algunos dicen que fue la paga de todos los agravios acumulados de la izquierda, y que había llegado la hora de la revancha contra la derecha; otros que los superdelegados se excedieron y que así como los acarreados del PRIAN aplaudían como focas, ahora las hordas guindas lastimaban a los tricolores y azules.
En lo que va de esta administración federal se resquebrajó la CONAGO, porque varios de sus miembros aseguraban que no era un órgano de consulta, y es mas, que no servía de nada. Con esa fórmula (cero institucional), era un escenario exclusivamente para sacarse la foto, y que sus demandas no eran escuchadas. Es decir, era una pérdida de tiempo acudir a una cumbre de la CONAGO.
Se creó la GOAN (Gobernadores de Acción Nacional) y resultó lo mismo: un club de opositores que no eran escuchados ni pelados en Palacio Nacional; es mas, lo único que lograron fue más división y golpeteo.
El 10 de julio de 2019 se empezaron a reunir un grupo de mandatarios estatales, que no encontraban eco en la CONAGO ni en la GOAN, sobretodo por el incremento de la inseguridad en el país. En aquel momento los gobernadores de Coahuila (PRI), Nuevo León (Independiente) y Tamaulipas (PAN) firmaron un acuerdo para atender el problema de manera coordinada y sin restricciones geográficas.
Para marzo del 2020 oficializaron un cerco sanitario por la pandemia del virus SARS-CoV-2, para darle vida a una alianza territorial.
Para septiembre del año pasado, ya que se aproximaba la discusión del Presupuesto de Egresos 2021, y con la finalidad de obtener mayores recursos, tomaron una relevancia fundamental, y formalizaron su salida de la CONAGO. En octubre intentaron reunirse con el propio Presidente López Obrador, pero éste los “bateó”.
Los mensajes en Twitter y los boletines de la CONAGO se empezaron a convertir en una opción política rumbo al proceso electoral del 2021 y algunos aseguraban, que de ahí saldría el candidato de una gran alianza, rumbo al proceso electoral del 2024.
Mucha gente se emocionó con la agresividad, tono, fuerza, enjundia y coordinación de Martín Orozo (PAN/Aguascalientes), Javier Corral Jurado (PAN/Chihuahua), Miguel Ángel Riquelme Solís (PRI/Coahuila), José Ignacio Peralta Sánchez (PRI/Colima), José Rosas Aispuro (PAN/Durango), Diego Sinhue Rodríguez Vallejo (PAN/Guanajuato), Enrique Alfaro (Movimiento Ciudadano/Jalisco), Silvano Aureoles Conejo (PRD/MIchacán), Jaime Rodríguez Calderón (Independente/Tamaulipas) y Francisco Javier García Cabeza de Vaca (PAN/Tamaulipas).
Tomaron un papel protagónico Corral, Alfaro, Aureoles y Cabeza de Vaca. Este último de manera muy valiente frente al Presidente leyó un discurso, en medio de acusaciones que lo vinculaban con grupos criminales.
Un sector de la sociedad hablaba de un rompimiento inminente y que sería el inicio de un problema que pondría en jaque la relación de la Federación y los estados (la mayoría gobernados por la oposición). Cada entrevista que concedían los gobernadores, tenía respuesta desde una mañanera, un legislador de Morena, o un miembro del Gabinete.
Llegó la Navidad y la tragedia económica nos alcanzó a la mayoría de los mexicanos; los contagios y decesos rebasaron los mas catastróficos escenarios. La prospectiva es que este año será igual o peor que 2020. Afortunadamente los protagonistas en la arena electoral, le han bajado el tono.
Mientras Claudio X. Gónzalez tuitea que van 1200 promesas incumplidas, que AMLO es un emperador, que Morena es sinónimo de ignorancia, corrupción, resentimiento, mentira, improvisación, polarización, ineptitud autoritarismo y destrucción, se agendaban un par de giras a principio de este año: Colima y Michoacán, dos estados de la Alianza Federalista.
Se esperaba un choque de trenes entre AMLO y Nacho Peralta y Silvano Aureoles, pero nos dieron los tres una lección de política: se puede estar en desacuerdo en muchos temas, pero también de manera respetuosa trabajar de la mano, en donde sí hay coincidencias.
No es símbolo de debilidad evitar las mentadas de madre; es un símbolo de madurez para beneficio de todos, empezando por colimenses y michoacanos.
Se quedaron con las ganas quienes esperaban protestas, gritos y sombrerazos; no pudieron festejar, quienes le apostaban a las manifestaciones masivas en contra del tabasqueño, y quienes querían escuchar discursos incendiarios.
Silvano Aureoles Conejo al igual que Nacho Peralta desean entregarle las llaves de sus respectivos despachos a sus amigos candidatos opositores, y harán hasta lo imposible para no entregárselo a un militante de Morena, pero eso no quita la cortesía, la amabilidad, la caballerosidad y hacer política con el Presidente.
Para dejarlo claro, Andrés Manuel López Obrador quiere para su movimiento las gubernaturas de Michoacán y Colima, pero eso no está alejado de ser cortés, amable, caballeroso y hacer política con sus gobernadores salientes.
Es más, en medio a confrontación (modelo bien dominado por el eterno candidato de Macuspana) gana casi siempre el morenista; cuando hay crisis -en todos los sentidos- él la aprovecha mejor. Y todo indica que ya lo entendieron los federalistas, o por lo menos Aureoles y Peralta.
Se darán con todo en la contienda electoral, pero aquí hay un par de ejemplos de que la generosidad, refinamiento, indulgencia y finura, ayudan mucho.
¿A ver si lo entienden los otros? En especial Corral y Alfaro.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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