Diamante en bruto: Alexa Gómez aspira al ring olímpico de Los Ángeles

A sus 20 años, Alexa Gómez Galicia, nacida en Naucalpan y radicada en Ecatepec, ya es una figura en ascenso dentro del boxeo mexicano.

Con una experiencia internacional que la respalda en la categoría hasta 50 kilos, la joven se encuentra en la cúspide de un ciclo que tiene como objetivo llevarla hasta los Juegos de Los Ángeles 2028. Detrás de esta prometedora carrera, hay una historia de perseverancia, pasión y un camino que comenzó mucho antes de que las luces del ring iluminaran su rostro.

Alexa Gómez aspira al ring olímpico

Alexa siempre fue una niña activa, practicaba diversos deportes, pero antes de cumplir los 12 años, algo cambió. Un día, sus primos, apasionados por el boxeo, la invitaron a acompañarlos al gimnasio. Sin saberlo, esa sería la primera chispa que encendería su amor por el pugilismo. La energía y la disciplina del deporte la atraparon desde el primer momento, a partir de ahí, nada volvería a ser igual.

“Antes del boxeo yo practicaba atletismo, natación, e iba al gimnasio, siempre he sido una persona de hacer deporte porque mis papás me lo han inculcado desde los 6 años. Fue hasta que iba a cumplir 12 años cuando me adentré al boxeo porque dos primos lo practicaban, una vez los fui a ver competir, mis tíos los entrenaban”, mencionó.

“Ya cuando tenía los 12 entré a un gimnasio cerca de mi casa, empecé a practicar natación, pero yo era una niña muy hiperactiva y no se me acababa la pila, entonces un día entré a unas clases de box en ese mismo gimnasio y el entrenador me dijo que tenía cualidades. 

La verdad es que me motivaron y seguí yendo, solo que llegó un punto en que no quería entrenar solo 3 días de la semana y yo me escapaba de mi casa con una amiga y me iba al gimnasio de box, ahí dure entrenado un tiempo pero me pusieron a boxear y me lastimaron la nariz, llegué a casa llorando y me descubrieron. Mi papá dijo que buscáramos a entrenadores certificados”, detalló.

Cuando estaba por cumplir 13 años, Alexa se unió a un equipo enfocado en la formación de boxeadores amateurs. Ahí encontró la estructura y el apoyo necesarios para avanzar en el deporte. 

“Me puse a entrenar con los hermanos Ramírez, en los Galeana, que en ese entonces tenían a Esmeralda Falcón, ella fue la primer mujer en representar a México en boxeo en unos juegos olímpicos. Además tenían una buena escuela con más boxeadores amateur y ahí duramos como un año y nos tuvimos que salir por otras cuestiones.

Entrena con su papá

Entonces mi papá me comenzó a entrenar en casa, él siempre ha sido de ejercicio, aparte también estuvo entrenando, se empezó a capacitar y cada fin de semana me llevaba a peleas de fogueo. Realmente me gustó y se sintió como amor a primera vista”, comentó.

Ese giro que vino de su propia casa fue significativo, su padre, Jaime Gómez Flores, decidió convertirse en su guía deportivo. No solo se dedicó a entrenarla, sino que comenzó a formarse como entrenador, creando un binomio que sigue funcionando hasta el día de hoy.

“A mí el boxeo me hizo salir de mi zona de confort, es un deporte con demasiada exigencia, demasiada disciplina que conlleva mucho compromiso, realmente me gustó. Desde ahí hemos sido equipo y hasta ahorita él es mi entrenador, me prepara para todos los compromisos y demás”, apuntó.

A los 16 años, Alexa comenzó a destacar en las categorías juveniles. Sin embargo, a pesar de su evidente talento y los méritos deportivos que acumulaba, no todo fue sencillo.

Factores externos, desde decisiones administrativas hasta la falta de recursos, le impidieron competir en los Juegos Nacionales CONADE, lo que para cualquier joven deportista sería un golpe duro. Pero Alexa no se rindió, en cambio, utilizó esas dificultades como motivación para seguir adelante.

“Tengo que decir que cuando yo empecé, mi meta a largo plazo era ser campeona mundial en el ámbito profesional, pero a los 16 años, cuando me metieron a un campeonato estatal; que es el inicio para llegar a los nacionales. Recuerdo que yo ni sabía lo que era y me di cuenta que era diferente, lo gané, después viene un regional pero ahí no me dejaron competir porque no coincidía mi edad; porque yo soy de enero.

Al siguiente año me volví a meter al estatal, brinqué al regional, lo gané y me clasifiqué al nacional y llegó la pandemia, al siguiente año volví a repetir el mismo ciclo, clasifiqué y logré la medalla de bronce a nivel nacional, ahí decidí que quería esto en mi vida”, recordó.

Su perseverancia dio frutos cuando, tras subir al podio nacional juvenil, Alexa dio el salto a las categorías élite. Con tenacidad, logró un lugar en la selección nacional, enfrentando desafíos que forjaron su carácter dentro y fuera del ring. 

“Ya cuando yo cumplí los 18 años brinqué a la selección élite, ya empecé a verlo como una profesión y comencé a pensar en los juegos porque conocí a los seleccionados nacionales y me preparé para entrar a los campeonatos selectivos. Me di cuenta que era mucho más exigencia, y compromiso, aparte que representar a tu país es una emoción muy grande.

Experiencia internacional

Eso también me llamaba mucho la atención, el ser uno de los mejores deportistas de tu país y representarlo. Me empezaron a convocar, mi primera salida fue a Brasil, a un Grand Prix, quedé en tercer lugar”, señaló.

Describe la experiencia como algo casi mágico. Sentía que era como la primera vez que subía a un ring, pero con la diferencia de que esta vez estaba representando a su país.

“La primera vez que competí en otro país, se sintió como la primera vez que me subí a un ring, la emoción, los nervios, el preguntarte cómo es el tipo de boxeo de los otros países.

 Recuerdo que mi primera pelea fue con una chica de Argentina, cuando me bajé del ring me dijeron que era bronce mundial, es algo que te impacta, el darte cuenta el nivel de peleadoras que hay, aunque perdí la pelea quedé muy satisfecha. Fueron muchas impresiones, pero también mucho aprendizaje”, compartió.

La boxeadora ha sido cinco veces medallista nacional, dos veces en juvenil y tres veces campeona nacional élite, obtuvo plata en el Golden Belt World Series; en 2023 logró asistir a un campeonato mundial, quedando en noveno lugar, clasificó a los Juegos Panamericanos Santiago de Chile; quedando en quinto lugar y el mismo año se coronó como campeona continental.

Con la experiencia acumulada, Alexa se ha convertido en una atleta sólida a pesar de su corta edad. De todos los torneos en los que ha participado, el campeonato mundial del año pasado se ha quedado grabado en su memoria como el más impactante. Fue una competencia que, más allá de los resultados, la marcó profundamente, dándole una perspectiva más amplia sobre el boxeo.

“Cada competencia tiene algo especial, pero yo creo que el campeonato mundial en la India me impactó demasiado por el número de competidoras, su nivel, encuentras desde novatos hasta leyendas y codearte con ese tipo de atletas es una experiencia muy padre. Fue mucho aprendizaje ese torneo y un recordatorio de que vas por buen camino.

Además, terminando la participación hicimos un campamento de sparring para foguearte con otras competidoras. Ese torneo me marcó mucho, me reiteró que el boxeo es lo que quiero y me quedé con el objetivo que para el mundial de este 2024 debo traer una medalla para mi país. Esa fue mi promesa”, compartió.

Aunque las oportunidades de debutar en el ámbito profesional son tentadoras, Alexa mantiene su enfoque en un sueño más grande: llegar a los Juegos Olímpicos. El camino no es fácil, y las vicisitudes del proceso son muchas, pero su determinación no flaquea.

“No hemos soltado riendas ni hemos debutado porque creo Los Ángeles si es mi primer objetivo y durante los próximos 3 años voy a buscar aprovechar fogueos, oportunidades de ir al extranjero con la finalidad de obtener nuestro pase.

Es mi sueño, mi meta y creo que no solo es mío, también es de mi familia y pienso que si ya he entrenado 8 años qué más da esperarse 4 más, pero también entra esa parte de ser conscientes porque a veces la parte económica nos detiene un poco y lo que a mí me mantiene es que es mi sueño”, apuntó.

Para ella, competir en el ámbito profesional podría ser parte de su preparación para Los Ángeles 2028 (ahora que se puede), especialmente ante los rumores de que en esa edición olímpica, los boxeadores competirán sin careta, una experiencia que podría ser definitiva en su carrera.

Alexa Gómez es más que una joven promesa del boxeo mexicano; es un ejemplo de cómo la pasión y la perseverancia pueden llevar a superar cualquier obstáculo, y cómo, con sólo 20 años, ya está encaminada hacia un futuro brillante en el deporte que la ha conquistado desde que era una niña.

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SPM