En el Estado México, uno de los hábitos alimenticios más dañinos entre la población es la ingesta excesiva de alimentos ultraprocesados altos en azúcares, grasas saturadas y sodio como refrescos, frituras y comida rápida, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades crónicas.
Así lo explicó la nutrióloga, Anahí Romero, y añadió que se trata de una práctica común en la sociedad actual derivado del estilo de vida acelerado que aleja a las personas de comida casera y preparada en casa.
Hábitos alimentarios dañinos en la sociedad
A esto, dijo, se suman hábitos dañinos como saltarse comidas o tener horarios irregulares que puede llevar a descompensaciones energéticas y metabólicas, lo que afecta el bienestar general.
“Otro mal hábito que veo mucho en mis pacientes es que comen porciones inadecuadas, consumir porciones excesivas o insuficientes puede derivar en desequilibrios nutricionales y esto favoreciendo el sobrepeso o la desnutrición”.
Añadió que el bajo consumo de frutas y verduras en la dieta de muchos mexiquenses deriva en una limitada ingesta de vitaminas y minerales esenciales; en contraste de la alta ingesta de bebidas azucaradas, que incrementa el riesgo de obesidad y diabetes.
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Malos hábitos y conductas alimentarias son más comunes en los jóvenes
Señaló que los malos hábitos y conductas alimentarias inadecuadas son más comunes en jóvenes de 15 a 25 años lo que puede derivar en problemas de salud posteriores, por lo que consideró indispensable corregirlos y contrarrestar el desarrollo de enfermedades como el sobrepeso, la obesidad y las afecciones crónicas que les acompañan.
Reiteró que la falta de tiempo y el ritmo acelerado de vida orillan a muchas personas a optar por comidas rápidas y poco saludables, aunado a la publicidad y la accesibilidad de alimentos ultraprocesados influyen en sus elecciones diarias.
Por ello, la especialista hizo un llamado a la población en general a que tome conciencia de estos hábitos perjudiciales y busque adoptar una alimentación más equilibrada.
“La educación nutricional y la consulta con profesionales de la salud son herramientas clave para mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades relacionadas con la dieta”.
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MPH