Pese a las campañas para compra de árboles naturales, toda vez que el plástico puede tardar en degradarse casi 100 años, el Movimiento Ecologista del Estado de México señala que la “flora” artificial sigue siendo la mejor opción debido a su duración.
Luz María Gómez, representante del Movimiento Ecologista del Estado de México, señaló que la compra de árboles naturales, promovida en campañas de consumo responsable, no siempre garantiza un beneficio ambiental real.
“Si bien un plástico tarda mucho en degradarse, la vida útil de un plástico es más extensa para las temporadas navideñas que un árbol natural”, afirmó Gómez.
Campañas de consumo responsable, no siempre garantiza un beneficio
Explicó que, aunque los árboles artificiales están hechos de materiales plásticos que pueden tardar en degradarse, su durabilidad permite reutilizarlos hasta por 20 años.
Sin embargo, señaló que el problema se agudiza por el comportamiento de consumo, ya que algunas personas optan por cambiar de árbol cada año buscando colores o estilos diferentes.
Otro aspecto señalado por la ecologista es la dinámica de los plantíos de árboles navideños, donde los consumidores pueden elegir y cortar su propio árbol.
Estas plantaciones, según Gómez, buscan conciliar las necesidades económicas de los productores locales y la demanda de la temporada. No obstante, advirtió sobre sus implicaciones ambientales
“Este tipo de acciones está tratando de conciliar las necesidades económicas de la gente que vive en esos lugares y la necesidad estética de la temporada, pero a final de cuentas esas plantaciones son un monocultivo porque están en un suelo con vocación forestal y hay utilidad de plantas, hierbas, hongos y de los mismos árboles”, comentó.
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En estos plantíos, explicó, la práctica de eliminar la vegetación circundante para favorecer el crecimiento del árbol de Navidad impacta negativamente la biodiversidad local.
“Cuando se hace una parcela para árbol de navidad se quita todas las hierbas para que no les quiten fuerza y desde el punto de vista natural eso no es ambiental porque se privilegia a una especie”, puntualizó..
Si bien la producción de árboles naturales responde a una necesidad económica para comunidades rurales, la representante ecologista señaló que, a largo plazo, esta actividad empobrece la diversidad del suelo.
“Estos programas de siembra de árboles resuelven una necesidad económica, pero a la larga empobrece las áreas. No vamos a encontrar una solución que sea 100% efectiva o amigable con el medio ambiente, el problema está en cómo mediamos la conciencia de la ciudadanía”, expresó.
Finalmente recordó que la perspectiva del movimiento ecologista y el desarrollo sostenible se basan en la preservación para futuras generaciones.
“Una de las cuestiones que nosotros siempre hemos planteado es que estamos trabajando con un modelo de desarrollo sostenible, donde se dice que hay que satisfacer las necesidades de las generaciones actuales pero sin poner en riesgo los recursos para las generaciones que vienen detrás”, concluyó.
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TAR