Américo Villarreal: la remontada del silencio.

Américo Villarreal: la remontada del silencio.

Jorge Chávez Mijares | Demoscopia Digital En política, hay caídas estruendosas… y ascensos que se dan sin gritos, pero con fuerza. Américo Villarreal Anaya, gobernador morenista de Tamaulipas, a sus 67 años ha protagonizado uno de los movimientos más sorprendentes del escenario nacional: en abril tenía una aprobación ciudadana con un desalentador 32.6%. Un mes […]

Redacción
Junio 4, 2025

Jorge Chávez Mijares | Demoscopia Digital

En política, hay caídas estruendosas… y ascensos que se dan sin gritos, pero con fuerza. Américo Villarreal Anaya, gobernador morenista de Tamaulipas, a sus 67 años ha protagonizado uno de los movimientos más sorprendentes del escenario nacional: en abril tenía una aprobación ciudadana con un desalentador 32.6%. Un mes después, en mayo, sube y se instala con un 52.1%, según Demoscopía Digital.

Américo Villarreal: la remontada del silencio.

No es poca cosa. Se trata de un salto de casi 20 puntos porcentuales. En un estado marcado históricamente por la polarización, la desconfianza y la violencia, ese cambio refleja algo más que una operación mediática: habla de un viraje tangible en la percepción social, un reencuentro con el pueblo que no se da por decreto, sino por hechos.

A Villarreal muchos lo han querido ver como un hombre gris, reservado, sin estridencias. Pero tal vez en eso radica su nueva fuerza: su forma de gobernar rompe con el molde del protagonismo fácil, del reflector que solo encandila y no ilumina. Ha comenzado a construir desde abajo, desde la estructura institucional, desde una lógica médica —la suya— donde primero se estabiliza al paciente antes de intentar grandes cirugías.

Y eso ha empezado a notarse. La percepción ciudadana no mejora sola. Detrás de este repunte hay un enfoque más claro en seguridad, reactivación económica en zonas estratégicas, inversión pública y un diálogo más constante con sectores sociales que antes se sentían desatendidos. Américo no busca imponerse, sino restablecer la confianza entre el poder y la ciudadanía.

Queda mucho camino por recorrer. Tamaulipas no se sana de la noche a la mañana. Pero un ascenso de esta magnitud no se logra con discurso vacío. Se necesita decisión, enfoque y voluntad de corregir. Y eso, por lo pronto, Américo Villarreal lo ha demostrado.

En un país donde muchos se desgastan en la queja y el ruido, el gobernador de Tamaulipas eligió el silencio del trabajo. Y hoy, ese silencio empieza a hablar por él.

Américo Villarreal: la remontada del silencio.
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