Armados, indígenas tlahuicas defienden sus bosques

Les acompañan elementos de la Guardia Nacional y preventivos municipales

Ante la amenaza de quedarse sin bosques, sin agua y sin fauna silvestre, indígenas tlahuicas, decidieron tomar las armas de caza y defender su territorio; con ellos van la Guardia Nacional y la policía municipal para hacer recorridos y evitar la tala clandestina. 

Es un domingo normal en Ocuilan, pero para la población de San Juan Atzingo es momento de tomar sus escopetas y subir a las camionetas para hacer recorridos en algunos puntos de sus 12 mil hectáreas de bosque en donde saben que operan grupos de talamontes.

A la caravana se agregan elementos de la Guardia Nacional (GN) y algunos policías municipales y emprenden la marcha a los bosques; en su andar algunos accionan sus armas ante el asombro de automovilistas y transeúntes. 

El integrante del Consejo de Honor y Justicia de Bienes Comunales, Celso Gómez Alfonso, adelantó que tratan de defender su territorio de forma respetuosa, y sin el derramamiento de sangre. 

Indígenas tlahuicas no queremos derramamiento de sangre

«No queremos sangre, no queremos levantarnos, no queremos hacer algo completamente indebido, nosotros los indígenas Tlahuicas por muchas generaciones hemos buscado más que nada la protección de los bosques… cuidar la naturaleza, la estamos cuidando, pero quién nos cuida a nosotros». 

Hasta 20 años de prisión a taladores clandestinos

En 2019, el delito de tala clandestina en la entidad se tipificó como grave y se castiga con penas de hasta 20 años de prisión a taladores y servidores públicos que cambien uso de suelo sobre área natural protegida, pero insisten que de nada ha servido. 

En medio de ramas pisadas, de una fogata caliente y troncos cortados, los indígenas tlahuicas encuentran un mensaje escrito en un árbol talado «los tenemos culeros»; les da coraje, al revisar la zona, se dan cuenta de que el área devastada es casi de una hectárea. 

Desde ese lugar narran que, aunque sus recorridos tardan a veces hasta 12 horas y hacen zanjas para evitar que puedan ingresar los carros de los talamontes para sacar los troncos talados, se las ingenian, cortan y se van. 

De las 12 mil hectáreas que conforman su territorio, calculan que unas cinco mil han sido taladas desde hace unos 40 años por diversos grupos de talamontes, algunos aliados a grupos de la delincuencia organizada. 

El agua se acaba con la tala clandestina

Pero no solo preocupa la tala, sino que, al haber menos masa arbórea, se capta poca agua; hay ojos de agua, manantiales y ríos que ya desaparecieron; o cuando menos tienen merma del líquido, lo que afecta no solo a la comunidad sino a vecinos del estado de Morelos; y aún de la Ciudad de México. 

«Como consejero de Honor y Justicia, he buscado la manera de que la gente no agarre las armas, sigo teniendo confianza en las instituciones, pero no sé cuándo yo ya no pueda decidir; se va a salir de las manos, que no diga el gobierno que no se le viene diciendo con tiempo».

Gómez Alfonso. 

A costa de los recursos naturales, nada

Algunos coinciden en que la gente tiene que buscar el sustento, pero no es opción que lo hagan a costa de los recursos naturales, por lo que propusieron algunos programas de autoempleo y usar lo que lo que les da el bosque de manera legal.

La única forma de defenderse es recorrer y vigilar su bosque porque «no quiero verme como un cobarde en el futuro… y efectivamente no podemos porque estamos rebasados, más que nada por la falta de apoyo». 

«Las autoridades nos han dejado solos»: Indígenas tlahuicas

Cuando se les pregunta por qué se registra la tala clandestina en la zona, la respuesta es unánime: se da por la impunidad, porque las autoridades nos han dejado solos y no aplican la ley. 

El presidente de Bienes Comunales, Arnulfo Gómez Barrón explica que los talamontes tienen jóvenes «halcones», que les superan en número; en cuanto bajan del monte, ellos comienzan a trabajar sin importar la hora. 

En reuniones institucionales, encabezadas por Semarnat, han propuesto instalar casetas de vigilancia en puntos estratégicos para detectar cargamentos de madera ilegal y lograr detenciones. Los puntos serían pasando las Lagunas de Zempoala y Santa Martha

«Los ciudadanos, los comuneros están sumamente enojados, desesperados, y han empezado a venir por su propia cuenta en las noches, en las madrugadas, y realmente es un tema delicado, es un tema peligroso que a mí me preocupa mucho».

De no haber acción de autoridades, podría haber una tragedia

Pidió a legisladores, autoridades de procuración y administración de justicia y policías, que realmente hagan su trabajo y pongan un alto o habrá una tragedia en la zona y se quedarán sin recursos naturales. 

Para los indígenas tlahuicas, que habitan esta zona desde los años mil 300, la tala clandestina se alienta por la impunidad y porque no hay castigos. A muchos los conocen con nombre y apellido, pero lamentan que nadie hace nada a excepción de la Guardia Nacional y la policía municipal que acompañan sus recorridos. 

Debería haber un cuerpo especial en defensa del bosque

En la entidad operó la Gendarmería Ambiental de la extinta Policía Federal (PF) en bosques principalmente de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, que logró disminuir la tala en un 94 por ciento en su primer año y medio de operación. 

El año pasado las autoridades ambientales mexiquenses plantearon ante diputados locales, la posibilidad de conformar un cuerpo policiaco estatal, que cuidara los bosques estatales para evitar la tala clandestina. 

Hay 5 zonas críticas en Edomex

A nivel estatal hay cinco zonas críticas por tala clandestina que comprenden 19 municipios en el Nevado de Toluca, Zinacantepec, Coatepec Harinas, Almoloya de Alquisiras, Amecameca, Ozumba, Ecatzingo, Ocuilan, Xalatlaco, Santiago Tianguistenco, Xonacatlán y Otzolotepec.

ASME

Un comentario

  1. La tala ilegal y los crecientes ilícitos asociados no van a detenerse sino hasta que se legalice la actividad forestal realizada de manera sustentable. Existe creciente información científica para avalar que la actividad forestal ayuda a mantener un bosque sano, bueno para la monarca y bueno para el desarrollo económico y social.