En el Estado de México, algunos talleres de cerámica han tenido que modificar sus formas de venta y producción ante la disminución de la demanda de piezas artesanales.
Cambios en los hábitos de consumo, competencia de productos industriales y aumentos en los costos de materiales han llevado a que maestros alfareros integren nuevas actividades para sostener sus ingresos.
Antes vendían la cerámica por mayoreo
El maestro Juan Antonio Vargas lleva más de tres décadas dedicado a la cerámica. Explicó que, aunque antes vendía por mayoreo a mercados de Metepec, Toluca y la Ciudad de México, en los últimos años la demanda ha bajado, por lo que decidió emprender otras formas de trabajo junto con su hija.
“Ya no es como antes que me encargaban cien cazuelas o juegos de vajilla. Ahora la gente compra poco. Por eso los fines de semana ponemos un puesto afuera del taller para que los niños pinten sus figuras. Eso nos ayuda a que no se quede todo parado”, comentó.
Aumento en costo de materia prima
Vargas comentó que el costo del barro, los pigmentos y el gas para el horno ha aumentado en los últimos años. Aunque ha intentado mantener precios accesibles, la competencia con piezas importadas ha dificultado la venta de sus productos.
“El gas para quemar ya está carísimo. Y los esmaltes también han subido. A veces hay que escoger entre hornear una tanda o esperar a juntar más piezas para que salga parejo. Pero si no vendo, tampoco puedo seguir haciendo”, puntualizó.
Realiza actividades para atraer clientes
En sus planes de venta ahora incluyen actividades para atraer a visitantes, especialmente los fines de semana. Pintar figuras de animales, macetas o adornos de temporada se ha convertido en una opción para mantener activo el espacio y generar ingresos adicionales.
“Mi hija es la que organiza eso, ponemos las mesas y da los pinceles. A los papás les gusta porque se entretienen, y de paso compran algo. Así ya no solo dependemos de que nos compren las cazuelas o las jarritas”, dijo.
Difusión de artesanías por redes sociales
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el Censo Económico 2019 se registraron más de 2,000 unidades económicas dedicadas a la cerámica artesanal en el Estado de México. La mayoría opera de manera familiar y sin empleados formales.
El maestro Vargas explicó que también han comenzado a difundir su trabajo en redes sociales, aunque el contacto con la gente sigue siendo el principal canal de venta.
“Mi hija sube fotos a Facebook y a veces nos hacen pedidos. Pero donde más vendemos es cuando vienen al taller o nos ven en las ferias. Por eso tenemos que seguir buscando formas para no dejar morir el oficio”, concluyó.
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TAR