Artesanos mantienen técnicas ancestrales de tinte natural

Artesanos mantienen técnicas ancestrales de tinte natural

A pesar del avance de colorantes industriales, el tinte natural sigue vivo en talleres familiares y cooperativas locales.

Brian Prado
Mayo 24, 2025

Aunque no son la mayoría, en el Estado de México, un grupo de artesanas y artesanos preserva métodos tradicionales de pigmentación textil a base de plantas y frutas.

A pesar del avance de colorantes industriales, estas prácticas ancestrales siguen vivas en talleres familiares y cooperativas locales. La elaboración de tintes naturales, que implica procesos manuales y conocimientos transmitidos por generaciones, busca mantener viva la identidad cultural de la región.

Artesana textil preserva el tinte natural

María González, artesana textil preserva el teñido natural, explicó que la técnica inicia con la recolección de materias primas en campos cercanos. Mencionó que plantas como el pericón, la grana cochinilla y el cempasúchil son esenciales para obtener colores vibrantes.

“Sí ya no somos todos pero sí los hay, yo aquí no uso químicos. Todo sale de la tierra: las hojas, las flores, hasta las cáscaras de frutas. Por ejemplo, el pericón lo hervimos con agua, le ponemos la lana o el algodón, y lo dejamos reposar. Así sale el amarillo. Si quieres rojo, usas la grana cochinilla, que se da en los nopales. Es un trabajo lento, pero el color queda vivo y no daña la tela”, comentó.

Emplean ceniza, cal o sales naturales

Sobre el proceso de fijación de los pigmentos, González destacó la importancia de utilizar minerales y sustancias orgánicas. Señaló que, tras teñir las fibras, se emplean ingredientes como ceniza, cal o sales naturales para asegurar que el color no se destiña.

“Antes, las abuelas usaban orina fermentada para fijar los tintes, pero ahora usamos cosas menos fuertes. La ceniza de leña, mezclada con agua, ayuda a que el color se pegue bien. Le damos su tiempo, porque si no, todo el esfuerzo se pierde. Ahora sí que cada color tiene su chiste y su tiempo de reposo”, mencionó.

La artesana también habló sobre los desafíos para mantener viva esta tradición. Mencionó que la demanda de productos industrializados, más baratos y rápidos de producir, ha reducido el interés en las técnicas manuales.

“Mucha gente prefiere comprar telas teñidas con químicos porque salen en dos horas. Nosotros tardamos días, hasta semanas, en lograr un solo color. Pero les digo a mis alumnos: esto no es solo un negocio, es parte de quiénes somos. Si perdemos estos saberes, perdemos nuestra historia”, apuntó.

En el Estado de México, al menos 15 comunidades aún practican el teñido natural, según registros de la Secretaría de Cultura. En Xonacatlán, la producción se centra en prendas como rebozos, fajas y manteles, que se comercializan en Toluca y CDMX, principalmente.

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